De acuerdo con el diario La Vanguardia, el suceso ocurrió a finales del año pasado, pero volvió a tomar relevancia esta semana cuando se informó sobre la multa que recibió el ciclista.

En redes sociales se viralizó el momento en que una mujer y su pequeña hija caminan por un sendero en medio de la nieve, cuando de repente aparece el ciclista y sin ningún tipo de cuidado, arrolla a la menor con su rodilla izquierda, haciéndola caer al piso.

A pesar de que el papá de la niña, quien estaba grabando el video, le gritó, el ciclista no frenó para ver el estado de la pequeña y huyó del lugar. Por ello, el indignado papá publicó el video en redes sociales para denunciar el caso, indica el mismo rotativo.

Incluso, aseguró que su hija tuvo que recibir tratamiento médico por temor a que hubiera sufrido una fractura.

Además de publicar el video en redes sociales, los padres de la menor también fueron hasta la policía con la evidencia para poner una denuncia formal.

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El ciclista llamó a los padres para pedirles que quitaran la denuncia y bajaran el video, pues según dijo estaba siendo acosado tras la viralización de las imágenes. Sin embargo, el padre de la niña no lo hizo.

“Llamó en privado y sin identificarse para pedir que retiraran la denuncia. Tampoco preguntó cómo estaba la pequeña. No tenía remordimientos”, dijo el papá, citado por La Vanguardia.

Cientos de personas pedían un castigo ejemplar, incluso cárcel, contra el ciclista, del cual no revelaron su nombre, pero muchos quedaron atónitos con el irrisorio castigo que recibió recientemente.

Un tribunal belga lo castigó con una multa de un euro (un poco más de 4.000 pesos colombianos. Según el juez que emitió la sanción, el ciclista no tenía intención de herir a la pequeña, que era un incidente menor y que la cantidad de acoso, insultos y amenazas que recibió a través de las redes sociales fue suficiente ‘castigo” por lo sucedido, agrega el rotativo español.

En el juicio, el deportista dijo que el empujón con su rodilla ocurrió por una maniobra para no caerse, mientras que los padres consideran que es un castigo injusto, finaliza La Vanguardia.