Al menos 200 personas que se dedican a recoger papel, cartón, metal, plástico y otros materiales en las calles de Estambul han sido detenidas desde el martes en una operación que el gobierno justifica en la lucha contra el trabajo irregular, pero que asociaciones de reciclaje vinculan con el negocio del tratamiento de residuos.

En varias redadas el martes y el miércoles, la policía turca registró decenas de almacenes de residuos y detuvo a docenas de personas, que fueron trasladadas a centros de deportación, informan los medios locales.

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La oficina del gobierno en Estambul ya había anunciado el pasado agosto que la recogida ilegal de basura sin permiso estaba provocando problemas de higiene y causando pérdidas económicas a la ciudad.

Varios diarios progubernamentales aseguraron que la mayoría de los recicladores detenidos eran inmigrantes afganos.

Ali Mendillioglu, presidente de la Asociación de Trabajadores del Reciclaje, puso en duda ese dato y relacionó las detenciones con “el millonario negocio del reciclaje”.

En unas declaraciones al diario Diken, Mendillioglu afirmó que el gobierno está tratando de abrir el camino a empresas privadas que han invertido millones de dólares en plantas de separación y reciclaje de residuos.

Según la Asociación de Recolectores de Residuos Callejeros, unas 500.000 personas se dedican en Turquía a recoger, separar y vender residuos, principalmente de forma irregular y con ganancias de menos de 10 euros diarios (43.000 pesos).

En los últimos años, muchos sirios y afganos, llegados a Turquía huyendo de los conflictos en sus países, han empezado a trabajar en este sector de la economía sumergida.

Esta imagen muestra una protesta de los recicladores turcos, por las redadas policiales en su contra: