“Tener el manto sagrado en mi cuerpo es un sueño hecho realidad”, aseguró Mauricio a Vice, tras comentar que todo el proceso finalizó el pasado 20 de abril.
Este hombre, de 40 años, recordó que desde niño, cuando se hizo hincha del Flamengo, quería un tatuaje del equipo, pero su papá se lo prohibía. Al cumplir 18 años, por fin se pudo tatuar en los bíceps el escudo de ese club deportivo, y hasta el año pasado decidió llevar la camiseta en la piel, literalmente.
Cuando habló con el tatuador, este pensaba cobrarle entre 10.000 y 15.000 reales (entre 8 y 12 millones de pesos), pero al final, solo por mostrarse como artista, terminó cobrándole 800 reales (650.000 pesos), agregó Mauricio.
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Según él, muchas personas le advirtieron que las costillas y las axilas serían las partes más dolorosas en el proceso del tatuaje, pero para él lo peor de todo fue sentir las agujas en la columna vertebral. “Eso era simplemente terrible”, añadió el hombre, quien en ningún momento se arrepintió del tatuaje.
De acuerdo con Mauricio, a su esposa en un principio no le gustó la idea, pero luego lo hablaron y ella comprendió su decisión. Entre tanto, sus hijos (dos de 3 años y una de 5) ya están acostumbrados a verlo con el tatuaje, pues suele andar en la casa sin camisa.
Aunque la gente lo anima a tatuarse otra prenda del equipo (como la pantaloneta o las medias), él no piensa en hacerlo.
A continuación puedes ver varias imágenes de este fiel hincha:
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