La controversia desatada en las últimas horas respecto al particular negocio de wafles ubicado en el Parque del Perro, en Cali, provocó que decenas de mujeres fueran a comprobar qué tan complaciente puede llegar a ser la experiencia.
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Los diferentes videos difundidos en redes sociales hicieron que las autoridades visitaran el lugar para posteriormente imponerle nuevas normas, las cuales debe cumplir a cabalidad para continuar con su funcionamiento.
Varios ciudadanos han rechazado la manera en la que los empleados atienden a los clientes, en su mayoría mujeres. Sin embargo, hay otros que han mostrado su interés por conocer las instalaciones del negocio, cuya apertura se dio hace aproximadamente dos años.
Severo Sinvergüenza: cuánto vale un waffle con o sin ‘show’
Para despejar varias dudas que se tienen al respecto, Camila Aponte, administradora y dueña del local, dio detalles de la forma en la que opera el local y los precios que se manejan. Según contó, cada waffle tiene un precio de 20.000 pesos.
“El ‘show’ no se cobra. Nosotros lo que vendemos es wafles y el espectáculo hace parte de lo que hacemos. La propina es voluntaria. Hay chicas que dejan 100.000 pesos, hay otras que no dejan nada y hay otras que dan solo lo que les nace del corazón”, dijo la emprendedora en Caracol Radio.
De acuerdo con la mujer, su local ofrece una temática muy diferente y salida de lo común, con la que buscan dejar un recuerdo único que quienes los visitan. Eso sí, dejó claro que todo lo que allí ocurre es bajo previa autorización del cliente, quien tiene la última palabra de hasta dónde puede llegar su particular deseo.
“Hay un entrenamiento [para los empleados], nosotros tenemos una persona que capacita a los chicos. Claramente cada chico tiene su estilo porque es más un tema de personalidad y de saber abordar al cliente y lo que quiere. Hay clientes que sienten pena y se les da una experiencia mucho más calmada. Nuestra experiencia, más que sensual, es más que todo divertida”, explicó la empresaria en la cadena radial.
Dentro de sus explicaciones, la mujer narró qué debe tener un trabajador del local, como el apuesto hombre venezolano que se hizo viral por sus movimientos.
“Hacemos un ‘casting’. Los chicos deben saber a qué se van a enfrentar. Ellos saben que cuando entra una chica hay que hacerles una atención y leer si está dispuesta o no a vivir la experiencia. No queremos llegar al punto de que alguna cliente se sienta molesta y, por fortuna, todas las clientes han salido contentas con la experiencia y que pasó lo que ellas querían que pasara”, concluyó la dueña del negocio en el mismo medio.
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