Desde hace más de 18 años, Lucas, habitante de calle del sector del centro de Bogotá, vive debajo de la vida movida de la urbe, entre carros y pisadas: en una alcantarilla en la carrera 7 con 26, a pocos metros del Hotel Tequendama y el Planetario Distrital.

Conocido en el sector por los vecinos y vendedores ambulantes, Lucas usa una barra de acero y un cable para abrir la tapa de la alcantarilla que seguramente usted pisó alguna vez. Así lo registró Thomas, un joven ‘youtuber’, que con el canal ‘Sin rol específico’, dio con la casa en la alcantarilla que sorprende a muchos.

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En un lugar que no supera los 2 metros cuadrados, vive un hombre que se asegura ser historiador y que conoce el pasado de la arquitectura que lo rodea.

La alcantarilla en la que vive es un espacio que ha adecuado con tablas, esteras y espumas que hacen la vez de colchón. Tiene un balde que le sirve como silla y hasta muebles en donde pone sus utensilios personales.

Thomas, el joven entrevistador, pudo entrar en la alcantarilla que está designada para el cableado de telecomunicaciones de la ETB, incluso, Lucas asegura que no lo molestan los técnicos cuando visitan el lugar para trabajar.

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Con una gran sonrisa, Lucas recuerda que su paso por la alcantarilla se dio hace más de 18 años y que llegó allí cuando en pleno funcionamiento de la Plaza de Toros La Macarena, descubrió el cuarto impactado por un torrencial aguacero. Sin embargo, el tamaño le llamó la atención y decidió limpiar el barro y acomodarse en el lugar.

En el espacio, asegura no tener ratas, pero cuenta que tuvo que vivir con roedores que siempre le dañaron las pertenencias. Lucas, que se ha vuelto diestro en el manejo de la electricidad, asegura haber electrificado las paredes del lugar para que las ratas no se acerquen, aunque tuvo que, en varias ocasiones, envenenarlas.

El cuarto, que hace las veces de hogar de Lucas, tiene tejas para que la lluvia caiga en unos baldes especiales en donde se recolecta agua; está protegido por una pesada tapa de alcantarilla de concreto que al hombre de la tercera edad le cuesta mover por las múltiples cirugías en su pierna izquierda, de donde sobresale una estructura cuadrada que es un platino que le implantaron luego de que un carro lo atropellara.

Según Lucas, nadie ha pernoctado en lo que hace llamar su morada, asegurando que la falta de oxigeno es insoportable para los demás, pues, él, ya se acostumbró.

Usa un radio y audífonos que asegura son necesarios para que en las noches los ruidos de quienes dice lo “acosan”, no le perturben el sueño tan fácilmente.

Cuando recuerda lo más triste que ha vivido en el lugar, dice que fue la experiencia de vivir con las ratas y, lo más feliz, que hoy pueda tener su lugar en paz, limpio y que le permita conservar su salud.

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Todo este relato fue descubierto por Thomas que se encarga de buscar historias curiosas en la ciudad y que logró que Lucas lo dejara pasar a su hogar; pide ayuda para el habitante de calle.

El video ya acumula más de 250.000 visitas y es uno de los más comentados del joven ‘youtuber’ bogotano.