En octubre de 1997, una misión espacial despegó del planeta Tierra para estudiar a Saturno y sus satélites naturales (lunas). Al proyecto lo llamaron Cassini-Huygens, en honor a los astrónomos Giovanni Cassini y Christiaan Huygens, y su costo superó varios miles de millones de dólares de la época.

Fue la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos (Nasa), la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial Italiana (ISA) quienes se encargaron de financiar este proyecto no tripulado y administrar la información que la sonda recolectaría durante los siguientes años.

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En su travesía por el sistema solar, Cassini aportó datos de otros planetas, sorprendentes imágenes y ayudó a confirmar la teoría de la relatividad de Albert Einstein. Su última misión, en 2017, consistió en adentrarse entre Saturno y sus anillos para colectar más información del misterioso planeta, allí se desintegró por orden de la Nasa.

Sin embargo, aún después de haberse quemado en la atmósfera de Saturno, los datos que colectó en el espacio continúan analizándose. Hace poco, un grupo de científicos del Southwest Research Institute (SwRI), una de las mayores organizaciones de investigación y desarrollo de los Estados Unidos, creó una imagen del planeta a través de 41 observaciones que envió Cassani. El equipo planea usar la imagen para estudiar sus anillos.

“Durante casi dos décadas, la nave espacial Cassini de la NASA compartió las maravillas de Saturno y su familia de lunas heladas y anillos distintivos, pero todavía no sabemos definitivamente los orígenes del sistema de anillos”, dijo Stephanie Jarmak, investigadora del División de Ciencias Espaciales de SwRI, en un comunicado.

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Sin embargo, como informaron los astrónomos, el tamaño de las partículas que forman los anillos, su densidad y sus características los podrán estimar con la ayuda de la nueva imagen. 

Cassini logró registrar tanto ocultaciones estelares como ocultaciones solares, además utilizó un espectrógrafo de imágenes ultravioleta (UVIS) para tomar numerosas y detalladas imágenes de los anillos. Todo esto lo unieron los científicos en una sola imagen para descubrir nueva información del planeta anillado.

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“La evidencia indica que los anillos son relativamente jóvenes y podrían haberse formado a partir de la destrucción de un satélite helado o un cometa. Sin embargo, para respaldar cualquier teoría del origen, necesitamos tener una buena idea del tamaño de las partículas que forman los anillos”, aseguró Jarmak.