Los 5.160 millones de usuarios de Internet del mundo ya se acostumbraron a ver todo tipo de contenido, pero no a que los creadores trasgredan cualquier límite.

El Informe Global Digital de Hootsuite y We Are Social encontró, en enero de 2023, que en el mundo las personas pasan en promedio 6 horas y 37 minutos de su día conectados a Internet; en Colombia, ese tiempo asciende a 9 horas, 1 minuto.

Aunque ese tiempo lo distribuyen en diferentes actividades en línea, más de la cuarta parte de su día son susceptibles de cruzarse con algún creador de contenido en cualquier plataforma.

De ese tiempo, puntualmente, un promedio mundial de 2 horas 31 minutos se queda en el uso de redes sociales; en Colombia son 3 horas 32 minutos.

El informe describe algunas de las razones de los usuarios para usar las redes sociales y la primera razón, de lejos con un 47,1 %, es la de mantenerse en contacto con amigos y familiares.

Sin embargo, hay otras relacionadas justamente con el consumo de contenido y de quienes lo ofrecen:

  • 34,2 % – leer nuevas historias.
  • 30,3 % –  encontrar contenido.
  • 28,8 % – saber de qué está hablando la gente.
  • 27,3 % – encontrar inspiración para ver o comprar cosas.
  • 23,7 % – ver transmisiones en vivo.
  • 23,4 % – compartir y discutir opiniones con otros.
  • 21,4 % – encontrar comunidades afines y grupos de interés.
  • 20,8 % – seguir celebridades e ‘influencers’.
  • 20,3 % – evitar perderse o quedar fuera de cosas.
  • 16,1 %  – apoyar o conectarse a buenas causas.

Además, un 22,9 % de las personas en Internet siguen cuentas de ‘influenciadores’ o expertos en diferentes temas. Nuevamente, en Colombia esa cifra es mayor y llega al 29,6 %.

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Todo ello, con el agravante de que las personas más jóvenes son las que siguen las cuentas de esos creadores de contenido y son, justamente, más influenciables del contenido que consumen; además, contrastan poco la información, pero sí la comparten mucho.

Esta es la distribución por edades:

We are social y Hootsuite
We are social y Hootsuite

¿Cuántos creadores de contenido o ‘influenciadores‘ hay en el mundo?

En 2022, Linktree publicó el documento ‘Creator report’ para analizar la situación del mercado de los creadores digitales y encontró que hay 200 millones de ellos en el mundo. En esa categoría incluyó a las personas que “utilizan su influencia, creatividad o habilidades para monetizar su audiencia” y los dividió en categorías, según su número de seguidores:

CATEGORÍA NÚMERO DE SEGUIDORES NÚMERO DE CREADORES
Recreacional 0 a 1.000 23 millones
Semiprofesional 1.000 a 10.000 139 millones
Profesionales 10.000 a 100.000 41 millones
Expertos 100.000 a un millón 2 millones
Expertos pro Más de un millón 2 millones
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¿Cuánto dinero reciben los ‘influencers’?

El reporte aclara que “la relación entre cuánto trabajan los creadores y cuántos ingresos obtienen no es una ciencia exacta”, pero estos son los valores que encontró:

  • 53 % ganan menos de 100 dólares al año y pasan menos de 5 horas a la semana creando contenido.
  • 32 % ganan de 100 a 10.000 dólares al año y pasan más de 10 horas a la semana creando contenido.
  • 52 % ganan de 50.000 a 100.000 dólares al año y pasan menos de 10 horas a la semana creando contenido.
  • 48 % ganan de 100.00 a 500.000 dólares y pasan más de 10 horas a la semana creando contenido.

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Mentiras de los ‘influenciadores’ en Colombia

Todo eso trae la pregunta de por qué con esa magnitud de audiencia, muchas personas que se dedican a esto en su día a día y adoptaron la creación de contenido como una profesión, no ejercen esa actividad con la responsabilidad que merece estar siendo consumido por tantos millones de personas.

Y es que en los últimos días se han conocido varias historias que conmueven al público y consiguen llegar a miles de personas, gracias a que muchos se identifican y se animan a compartir y comentar el contenido de esos ‘influenciadores’.

Algunos ejemplos recientes son los del antioqueño Mike Jambs, que se inventó una historia sin sentido sobre un tatuaje gigante en su rostro que decía “Messi”, luego de que Argentina saliera campeón mundial en Qatar.

Y es que su mentira tuvo hasta capítulos, pues después de mostrar un supuesto orgullo por su tatuaje, salió hablando del supuesto calvario que vivía. Sus palabras fingiendo tristeza y arrepentimiento llegaron incluso a los medios argentinos.

Todo, para que al final se supiera que las lágrimas eran falsas porque “fue una broma”. El paisa se escudó en que quería dar un mensaje contra lo que él mismo estaba haciendo; también confesó que quería popularidad y que hablaran de él. Así se lo dijo a El Colombiano:

“Seguí con lo del tatuaje porque si paraba ahí no iba a tener el mismo alcance y tampoco los medios de comunicación seguirían hablando sobre el tema; entonces, no podría dar el mensaje que quería dar, que es una reflexión acerca de que los contenidos en redes sociales pueden ser engañosos porque mucha gente cree todo lo que ve”.

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Mentiras de ‘influenciadores’ ahora ponen en riesgo a las personas

La costumbre que ahora adoptaron estas personas por crear contenidos falsos y engañosos comenzó a traspasar límites cuando decidieron involucrar a terceros, y utilizar a las personas bajo engaños para que sus videos tengan más reproducciones y sus redes sociales tengan más seguidores. Sin ir más lejos, presentamos 3 historias:

1. El ‘niño calculadora’

Sin ir más lejos, hace poco el creador de contenido Andrés Arango publicó en sus redes sociales una historia de un menor que supuestamente era un prodigio en matemáticas. La historia se viralizó porque Arango apeló a manipular los sentimientos de su audiencia asegurando que quería buscar ayuda para el niño que vendía dulces en la calle.

La historia tomó tal relevancia que la misma mamá del menor pidió que no se compartiera más el video porque era una mentira, teniendo en cuenta que el niño en el video además cuenta una historia trágica sobre su familia.

Al conocer la versión de la mujer, y una tardía aclaración del creador digital, las redes sociales se llenaron de comentarios llenos de indignación y críticas contra el autor del video actuado, que después apareció en la cuenta de Facebook ‘El cejas Rivera’ argumentando que, supuestamente, fingió todo con una intención social detrás:

“La verdad, lo único que nosotros queremos, en realidad con este tipo de contenidos, es llevar conciencia a los jóvenes. Los jóvenes no deben estar en las calles, es una realidad que se vive en Colombia”.

2. Pánico en el Metro de Medellín

En diciembre pasado, la broma en TikTok de una de estas personas asustó a decenas de usuarios del sistema que salieron corriendo despavoridos y uno de los vagones terminó siendo evacuado.

Como ‘Pequeño Kalvin’ o ‘Kalvin Stunt’ se identificó al culpable de casi provocar una estampida en la que pudieron salir lesionadas varias personas; incluso, en los videos que se conocieron se ve a mujeres cargando niños en sus brazos mientras intentaban huir.

El reprochable chiste consistió en fingir que era un bebé abandonado y que sus cómplices, al tiempo que grababan la reacción de los presentes, hacían comentarios para asustarlos. En algún momento, uno de ellos dijo “no es un ningún bebé” y la gente corrió para abandonar el vagón.

La empresa Metro buscaría acciones legales contra los responsables y finalmente dos de esas personas fueron sancionados con el Código Nacional de Policía.

Estas personas cerraron sus cuentas temporalmente, no sin antes sacar la misma carta sobre que tenían buenas intenciones y que nunca quisieron causar conmoción entre la comunidad.

Para este caso, su argumento fue que quisieron hacer “un experimento social” para saber cómo reaccionaban las personas en la capital antioqueña al ser testigos del abandono de un bebé en el transporte público.

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3. Asadero de palomas

Los casos ocurren más seguido de lo que se cree. Apenas esta semana, una persona que se identifica como ‘Profeturo’ publicó un video en YouTube asegurando que en el sur de Bogotá, en el barrio San Martín de la localidad de San Cristóbal, existía un restaurante que vendía “paloma asada”.

El ‘youtuber’ inventó la historia con tantos detalles que diseñó e imprimió un menú falso en la que aparecían los precios y la variedad de platos que supuestamente ofrecía el lugar de gastronomía peruana para comerse esta ave, y con eso sostuvo su falacia.

El video no tardó en viralizarse provocando indignación y muchos mostraron tanta preocupación que a la Secretaría de Salud Distrital le tocó visitar el sitio para corroborar la afirmación del ‘influencer’ porque se trataba de la comercialización y consumo de una carne que podría representar un peligro para las personas. Allí se conoció que la historia es falsa.

Como los ejemplos anteriores, luego de que se reveló que era una mentira, ‘Profeturo’ grabó un video en las últimas horas para su canal en el que apeló a la misma excusa para intentar justificar su error:

“Se me ocurrió la grandiosa idea de generar un experimento social para ver qué pasaba si yo decía que había un restaurante donde vendían paloma”.

Sin embargo, ya el daño está hecho. La familia Castellanos, dueña del asadero de pollos que lleva más de 5 años en ese lugar, y 8 años en otros puntos, dijo en Blu Radio que no conocen “a este personaje” y que además grabó las imágenes sin su consentimiento.

Se mostraron desconcertados sobre por qué “hicieron ese video o con qué intención”, y dijeron que era “el colmo” que personas inescrupulosas quieran desacreditar el negocio, que les ha costado posicionar y, por eso, anunciaron acciones legales:

“Ya contactamos a nuestra abogada y pusimos todo en manos de ella para tomar las respectivas acciones legales, ella dijo que iba a proceder porque esto es algo que no se puede hacer”.

Luego de conocer que le espera una denuncia, el ‘youtuber‘ dijo que estaba “dando la cara” y que no tuvo la “intención de difamar” a nadie porque no mencionó nombres; según dijo, su “gran delito fue utilizar una de las mesas del lugar para que pareciera real: necesitaba una locación”.

¿Quién los controla en Colombia?

Desde que comenzó a popularizarse esta figura de creadores de contenido, la única vez que se les ha puesto en cintura fue cuando se les advirtió que debían ser transparentes con sus seguidores e informarles cuando le estaban haciendo publicidad a cualquier producto o marca.

Pero es una línea gris que se saltan con facilidad y las cifras que cobran por una ‘storie’ o publicación suben como espuma. Hacen dinero a costillas de sus seguidores, pero esa transparencia no les llega en contenido. Y no contentos con eso, ahora muchos se pasaron al otro extremo y engañan a su audiencia sin ningún asomo de integridad. Lo siguiente que hacen es sacar un video aclaratorio que no tiene ni la tercera parte del alcance de su mentira inicial, y sí se quedan con todo lo que ya han monetizado manipulando las emociones, buenas intenciones y tiempo de las personas.

Los que mencionamos aquí son solo tres casos que evidencian que el afán de reproducciones, ‘likes’ y seguidores de algunos de los millones de creadores de contenido puede terminar en situaciones graves y perjudicando a cualquier persona; incluso a su misma industria, pues esto hace que los internautas dejen de consumir esos contenidos. Lo único bueno será que cada que alguien lea cualquier tipo de historia lo piense dos veces antes de compartirla o juzgar a alguien por lo que ve allí; además, podría motivar a que cada vez hayas más personas verificando lo que se distribuye por cualquier red social o plataforma.