Una hemorragia de racismo, noticias falsas y mensajes de odio ha polarizado las tendencias de opinión en Twitter, Facebook y demás plataformas. Algunos expertos gustan de llamar “conversaciones”, a los trinos incendiarios que los colombianos publican cada mañana y que son resultado de cuidadosas y calculadas estrategias de tecno política.
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La impunidad es la norma. Las empresas propietarias de estas plataformas digitales permanecen de brazos cruzados, porque su negocio es – precisamente – la participación adictiva de los consumidores en tales tendencias. Con masas enormes de ciudadanos observado durante seis horas diarias las pantallas de sus teléfonos, se pueden lograr fabulosas facturaciones por publicidad.
Recordemos las campañas de hace cuatro años
Durante años las redes sociales han tolerado el abuso de sus plataformas en la difusión de información falsa con fines de polarización política en Colombia. La Misión de Observación Electoral publicó un estudio sobre el uso abusivo de las redes sociales durante la campaña electoral de 2018. Y es oportuno repasar los datos claves de dicho documento. ¿Qué encontró el estudio de las estrategias digitales en 2018, tanto las de congreso como las presidenciales?
La intolerancia y la agresividad que despierta la política electoral en Colombia. Entre enero y junio de 2018 hubo 44,8 millones de conversaciones en las redes sociales sobre el tema electoral. De ellas, el 10 por ciento, 4,3 millones se podían clasificar como mensajes de odio y polarización. Es decir, el 10 % de los contenidos en redes sociales fue tóxico.
Al menos 14.000 conversaciones directas de los candidatos promovían estos sentimientos negativos: odio, polarización y noticias falsas.
Y los temas de entonces, los temas que más generaron intolerancia y agresividad en las redes sociales, no distan mucho de los temas actuales:
– Corrupción
– Castrochavismo
– Paramilitares
– Venezuela
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2. Las noticias falsas durante la temporada electoral. Entonces circularon miles, algunas que causaron mucho impacto en las redes:
– Que un primo de Iván Duque organizó el fraude electoral.
– Que las Farc obligaban a votar por Gustavo Petro
Y sobre este asunto de las Fake News, el estudio encontró un hecho muy preocupante: Las comunidades que viralizan una mentira y las que la desmienten están visiblemente desconectadas. Es el efecto burbuja que ya ha sido suficientemente analizado.
– La mayoría de las personas que viralizan una mentira tienen muy pocas posibilidades de conocer la verdad pues su entorno ideológico, así como lo algoritmos de las redes sociales no le permiten acceder a informaciones distintas.
– Hay ciudadanos que acceden a la verdad, pero está tan comprometido ideológicamente que no solo no creen en el desmentido, sino que mantiene el mensaje mentiroso.
– Solo muy pocos usuarios exponen a su comunidad la mentira y la rectificación.
Eso fue hace cuatro años. Hoy asistimos al mismo infame espectáculo, de unas redes sociales utilizadas impunemente para torcer resultados electorales, promover el odio y exacerbar los ánimos entre los colombianos. Las empresas tan poderosas que proporcionan este “servicio” de matoneo fácil desde un teclado, tendrían la obligación de tomar medidas para solucionar el problema.
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