Estoy emocionado de anunciar que trasladaremos nuestra sede a Austin, Texas“, dijo Elon Musk en una reunión anual de accionistas. “En todo caso, para ser claros, continuaremos expandiendo nuestras actividades en California”, añadió.

Musk sostuvo que las ventas de Tesla están creciendo con fuerza y que la compañía está aumentando las entregas a pesar de la escasez de chips de computadora y otros componentes.

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Tesla tiene como objetivo aumentar la producción en su planta en Fremont (California) en un 50 %, según Musk. Sin embargo, esa planta está llegando a los límites de su capacidad, dijo.

El magnate, que superó a Jeff Bezos como el hombre más rico del mundo, indicó que el costo de vida en Silicon Valley es más alto para los trabajadores, y los precios de las viviendas están fuera de su alcance, por lo que, a menudo, deben hacer viajes largos para ir a trabajar.

Musk se ha enfrentado a los reguladores en California y se encuentra entre las figuras tecnológicas de alto perfil que dejaron el estado por lugares con impuestos sobre la renta más bajos y menos regulación.

Tesla, condenada por justicia de California a pagar millonada

Aunque no existe ninguna relación con la decisión de trastear a Tesla de California, algo que debió ser estudiado desde mucho tiempo atrás, el anuncio sí coincide con la decisión de un jurado del tribunal federal de San Francisco que condenó el lunes pasado a Tesla a pagar a un exempleado negro 137 millones de dólares por daños y perjuicios al hacer la vista gorda ante el racismo que sufrió en una de sus fábricas.

Contratado a través de una agencia de empleo, Owen Díaz trabajó entre junio de 2015 y julio de 2016 en la planta de la compañía en Fremont, donde fue objeto de insultos racistas y de un ambiente de trabajo hostil, según los documentos judiciales.

Díaz dijo durante el juicio que los afroestadounidenses de la planta, donde también trabajaba su hijo, sufrían denigraciones constantes y les ponían apodos racistas. La “imagen progresista de Tesla era una fachada para ocultar el trato denigrante hacia sus empleados afroamericanos”, afirma la demanda.

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Díaz indicó que, a pesar de las quejas a la dirección, Tesla no actuó para poner fin a estos comportamientos. Por ello, la sentencia judicial establece que Tesla debe pagarle 130 millones de dólares por daños punitivos y 6,9 millones por angustia emocional.

Tras el veredicto, Tesla publicó un artículo en su blog escrito por la vicepresidenta de recursos humanos, Valerie Capers Workman, que, según dijo, fue distribuido a los empleados.

Workman restó importancia a las acusaciones de abuso racista en la demanda, pero admitió que el ambiente “no era perfecto” en la planta de Fremont, donde otros empleados declararon que “oían regularmente insultos racistas”.

Según ella, estos empleados dijeron que “la mayoría de las veces pensaban que este lenguaje se utilizaba de forma ‘amistosa’ y normalmente por compañeros de trabajo afroamericanos“. Además, dijo que Tesla respondió a las quejas de Díaz despidiendo a dos contratistas y suspendiendo a un tercero.