May 28, 2025 - 11:16 am

El Universal Serial Bus (USB) se ha convertido, desde hace años, en un pilar fundamental para la conexión y transmisión de datos entre todo tipo de aparatos tecnológicos. Computadores, teléfonos inteligentes, cámaras digitales, memorias USB y discos duros externos, entre muchos otros, emplean esta interfaz, que se ha posicionado como un estándar universal gracias a su practicidad y eficiencia.

El conector tipo A es, probablemente, el más extendido de todos los formatos USB y un elemento presente en el día a día de millones de usuarios. Aunque su uso está tan normalizado, pocas personas se detienen a observar minuciosamente detalles de diseño que resultan fundamentales para su funcionamiento.

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Uno de esos aspectos curiosos que suele pasar desapercibido son los dos pequeños orificios de forma cuadrada que se encuentran en los laterales cercanos a la punta del conector USB tipo A. A primera vista, pueden parecer meramente decorativos o parte del proceso de moldeado del metal, pero en realidad tienen funciones técnicas determinantes.

¿Para qué sirven los orificios en el conector USB tipo A?

Explicación técnica y relevancia Conforme a la información reseñada por el portal especializado Computer Hoy, la verdadera razón de estos orificios es de naturaleza mecánica. Están allí para asegurar que, al conectar el USB en su entrada correspondiente, este permanezca firme y estable.

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Dentro del puerto hembra —el que va integrado al computador, televisor u otro dispositivo— existen unas pequeñas lengüetas metálicas diseñadas específicamente para engancharse en estos orificios. Cuando el conector macho es introducido, estas pestañas quedan atrapadas en los huecos, lo que genera el característico “clic” y, como resultado, se mantiene una conexión robusta y perfectamente alineada.

Este sistema tiene beneficios claros en el uso diario. Primero, impide que el conector se desprenda o se afloje accidentalmente durante la transmisión de datos o mientras se está cargando algún aparato electrónico. Segundo, minimiza el movimiento del conector dentro del puerto mientras está en funcionamiento, evitando posibles errores en la transferencia de archivos o, incluso, daños eléctricos.

Asimismo, este sencillo mecanismo contribuye a que los puertos USB soporten muchos ciclos de inserción y extracción, aumentando la vida útil del puerto y del dispositivo USB. Otra función igualmente importante es la orientación. Aunque puede parecer que los conectores USB tipo A podrían ser insertados de cualquier forma, solo son compatibles en una dirección.

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Los orificios cuadrangulares ayudan a que las lengüetas del puerto hembra “reconozcan” la correcta alineación e impidan el ingreso si se intenta conectar al revés, previniendo conexiones erróneas y posibles daños. Con la llegada de nuevos estándares como el USB tipo C, que permite inserción reversible y mayor velocidad, algunos dispositivos han empezado a dejar de lado el tipo A. Sin embargo, este formato sigue siendo ampliamente utilizado en múltiples accesorios y dispositivos actuales.

Estos pequeños detalles en el diseño muestran cómo la ingeniería y la ergonomía van de la mano para asegurar comodidad, seguridad y durabilidad en la tecnología cotidiana. Los orificios de la USB tipo A, lejos de ser decorativos, son evidencia de cómo detalles minúsculos pueden tener una gran repercusión en la experiencia del usuario.

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