
En Colombia, tener televisor en la casa se convirtió en una tradición desde mediados del siglo XX, cuando la televisión llegó al país en 1954. Desde entonces, el televisor se consolidó como un elemento central en los hogares, al punto que muchas familias lo ubicaban en la sala como símbolo de estatus y punto de encuentro. Ver telenovelas, partidos de fútbol y noticieros se volvió una rutina diaria que reunía a todos los miembros de la familia, marcando generaciones enteras con programas icónicos y creando un lazo cultural profundo con la televisión nacional.
Con el paso del tiempo, esta tradición se adaptó a los cambios tecnológicos. La televisión por cable, el acceso a canales internacionales y, más recientemente, las plataformas de ‘streaming’ han transformado la forma de consumir contenido, pero el televisor sigue siendo protagonista. Aún hoy, en muchos hogares colombianos, se conserva la costumbre de encender el televisor al llegar a casa, tenerlo prendido durante las comidas o usarlo como compañía en el día a día, reafirmando su lugar como parte fundamental de la vida doméstica del país.
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¿Cuál es el dispositivo que reemplazará al televisor?
Sin embargo, esta tradición estaría por llegar a su fin con un dispositivo que se abre camino en el mercado. Se trata de la realidad virtual, que avanza con paso firme y su integración en la vida cotidiana parece cada vez más inevitable. Un número creciente de empresas apuesta por desarrollar productos que reconfiguran las formas tradicionales de interactuar con el contenido audiovisual. Un claro ejemplo de esto son los dispositivos de realidad mixta, que no solo muestran imágenes generadas digitalmente, sino que también permiten superponer información y entretenimiento en el propio entorno del usuario.
Expertos en tecnología sugieren que este avance podría ocasionar la desaparición del formato físico en el consumo de contenidos, incluida la televisión convencional. Según análisis compartidos por medios como MeriStation, el futuro apunta a que dentro de poco estos dispositivos podrían reemplazar a los televisores en los hogares.
Los productos más recientes, como el Apple Vision Pro lanzado a comienzos de 2024, son un ejemplo de cómo las grandes compañías buscan innovar en este mercado en crecimiento. Aunque la adopción masiva aún está en una fase inicial y no se ha dado al ritmo esperado, el potencial de esta tecnología es claro: dispositivos como los de Apple están diseñados para desempeñarse como una especie de computador portátil, pero en formato de visor.
El funcionamiento de estos sistemas permite que los usuarios proyecten a través de las lentes servicios de ‘streaming’ como Netflix, Max o Disney+ en el tamaño que prefieran, independientemente del espacio físico disponible. Esta capacidad representa una revolución en la forma de consumir contenido, ya que todo ocurre de manera virtual, eliminando la necesidad de contar con televisores o pantallas físicas en las habitaciones.
Sin embargo, uno de los retos a los que se enfrentan estos equipos ha sido la calidad de la imagen. El Apple Vision Pro, por ejemplo, integra una pantalla Micro-OLED con una resolución de 3660 x 3200 píxeles para cada ojo, lo que acerca la experiencia a una visualización casi perfecta, aunque todavía hay margen para mejoras, según reportes técnicos mencionados por MeriStation.
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Otro de los factores que limitan su adopción general es el precio. Actualmente, versiones con menor capacidad de almacenamiento resultan costosas, lo que restringe su acceso a un público más amplio. Además, la disponibilidad de estos nuevos dispositivos todavía no es global, presentando limitaciones en mercados como el europeo.
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