
Las memorias USB, aunque útiles y populares por su portabilidad y capacidad de almacenamiento, también pueden ser utilizadas como instrumentos de fraude y ciberataques.
Los delincuentes aprovechan la curiosidad de las personas para distribuir dispositivos infectados en lugares públicos, esperando que alguien los conecte a su computadora, detalla Forbes.
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Al hacerlo, pueden instalar malware, robar contraseñas o incluso tomar control total del equipo. Algunas memorias falsas no sólo carecen de la capacidad prometida, sino que también pueden estar programadas para ejecutar software malicioso automáticamente.
Estos dispositivos suelen venderse en tiendas no oficiales, promociones engañosas o como regalos en eventos, y pueden lucir idénticos a productos legítimos.




Para evitar ser víctima de estas trampas, se recomienda desconfiar de precios excesivamente bajos, estar atentos a comportamientos extraños del sistema al conectar una USB y verificar la capacidad real del dispositivo con herramientas especializadas.
En caso de detectar actividad sospechosa, es fundamental desconectar el dispositivo de inmediato y analizar el sistema. Así, los usuarios pueden proteger su información personal y evitar fraudes.
Cómo evitar estafas en Internet
Evitar estafas en internet es clave porque, en la actualidad, gran parte de nuestra vida cotidiana depende del entorno digital. Desde transacciones bancarias hasta comunicaciones personales y laborales, todo pasa por internet. Esto convierte a los usuarios en blancos potenciales de ciberdelincuentes que buscan robar información sensible, dinero o acceso a cuentas privadas.
Una sola estafa puede tener consecuencias devastadoras: pérdidas económicas, suplantación de identidad, afectación al crédito personal e incluso daños a la reputación. En el caso de las empresas, estas estafas pueden comprometer datos de clientes, interrumpir operaciones y generar sanciones legales. Además, el daño emocional que sufren las víctimas de estos fraudes no debe subestimarse, ya que muchas veces conllevan estrés, ansiedad o miedo a volver a interactuar en plataformas digitales.
Para cuidarse de estas estafas, es fundamental desarrollar una actitud crítica frente a todo lo que circula en internet. La mayoría de los fraudes cibernéticos se basan en la manipulación emocional y la urgencia. Correos electrónicos, mensajes de texto o publicaciones en redes sociales que prometen premios, alertan sobre problemas urgentes o solicitan información confidencial deben generar sospecha.
En estos casos, es esencial no actuar apresuradamente, verificar siempre la fuente y no hacer clic en enlaces sospechosos. También se debe prestar atención a la redacción de los mensajes, ya que muchos fraudes provienen de traductores automáticos y presentan errores ortográficos o frases extrañas.
Otra forma efectiva de protegerse es mantener actualizados todos los dispositivos, incluyendo computadoras, teléfonos móviles y tablets. Las actualizaciones de software suelen incluir parches de seguridad que corrigen vulnerabilidades conocidas. Asimismo, es recomendable contar con un antivirus confiable y activar funciones como la autenticación de dos pasos para añadir una capa extra de protección a las cuentas personales. El uso de contraseñas seguras, únicas y difíciles de adivinar es otra medida clave, así como el empleo de gestores de contraseñas para administrarlas con mayor seguridad.
Por qué educación digital es clave para evitar estafas
La educación digital juega un papel fundamental. Conocer los métodos más comunes de fraude —como el phishing, el robo de identidad, las estafas con productos falsos o las inversiones engañosas— permite reconocerlos y evitarlos con mayor facilidad.
Compartir esta información con familiares y amigos también contribuye a construir una comunidad digital más segura. En un entorno cada vez más digitalizado, la prevención es la mejor herramienta para no convertirse en víctima.
La educación fomenta el pensamiento crítico, permitiendo a las personas cuestionar y analizar la información antes de actuar. Esto reduce la probabilidad de caer en trampas que apelan a emociones como el miedo, la urgencia o la codicia. También enseña buenas prácticas, como el uso de contraseñas seguras, la verificación de fuentes y la importancia de actualizar el software de seguridad.
Una población informada es menos vulnerable a los fraudes digitales. Invertir en educación en ciberseguridad no solo protege a los individuos, sino que también fortalece la seguridad colectiva en la red. Por eso, la educación es una herramienta esencial en la lucha contra las estafas en internet.
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