Y que algún día estaré en la capacidad de argumentar, al menos ante mi círculo social, mis posiciones y miradas sobre lo que significa ser mujer en nuestra sociedad. Hoy me declaro incapaz de hacerlo.

Y sé que no soy la única mujer que vive con este miedo. El feminismo es un tema espinoso. Despierta pasiones y odios. Una idea mal expresada o insuficientemente argumentada te puede convertir en blanco de críticas que pueden rayar en el matoneo. 

Por eso es refrescante encontrar un espacio donde las mujeres nos escuchemos, como el que ha creado la escritora Vanessa Rosales con el podcast Mujer Vestida, de la productora Akörde Podcast.

Vanessa se define a sí misma como una mujer intensa, fervorosa, apasionada y ecléctica. Disfruta de las contradicciones, en especial cuando sacuden los dogmas o ideas radicales que algunas veces se desprenden del feminismo.

Siempre ha huido de las etiquetas. Así ha sido desde su adolescencia, desde esos primeros años que vivió en Cartagena, antes de estudiar historia, hacer una maestría en periodismo en Argentina y cursar estudios de moda en Nueva York.

Durante buena parte de su carrera como crítica cultural y periodista especializada en historia y teoría de la moda, Vanessa ha intentando demostrar que la estética y los espacios académicos no tienen por qué ser excluyentes. Su obra muestra cómo muchas transformaciones sociales e históricas de la humanidad están empapadas de procesos estéticos. 

Los temas que Vanessa aborda en el podcast Mujer Vestida son fascinantes e incómodos. En uno de los episodios más escuchados nos contó lo que ha significado para ella asumirse como una mujer solitaria -sin esposo y sin hijos-, tal como lo han hecho muchas de las intelectuales que admira. Allí nos confrontó con nuestros prejuicios e hizo toda una disertación sobre las “solteronas”.

En otros episodios conversa con escritoras, intelectuales y mujeres que tienen diferentes maneras de asumir el feminismo. Una de ellas es la actriz, presentadora, ex reina de belleza y escritora Margarita Rosa de Francisco. Es mi episodio favorito.

Aquí Margarita nos abre su corazón para confesarnos que, como mujer bella, constantemente duda de su propia inteligencia y que, como muchas de nosotras, tiene instaladas conductas que podrían ser calificadas de misóginas: prefiere esperar a que los hombres tengan la iniciativa sexual y siente culpa por no cocinarle a su pareja.

Otras invitadas, como la escritora Susana Castellanos, nos llevan por un recorrido histórico para conocer a “las mujeres perversas de la historia”, figuras como Lilith, Jezabel, Livia, Judit y Circe. Para Vanessa, este episodio es “una reconsideración de lo oscuro sobre lo femenino y una forma de normalizar la complejidad y la multidimensionalidad”.

Abordar estos temas hacen de Vanessa Rosales una mujer incómoda. Ella lo sabe. Constantemente es atacada en sus redes sociales por quienes no comparten sus posturas. Pero también, somos muchas las que disfrutamos y aprendemos con cada episodio. Y ese es uno de los grandes logros de Mujer Vestida: crear un espacio en el que las mujeres dejamos de sentirnos culpables por pensar lo que pensamos.

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*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.