Y me causa gracia porque mientras los podcasteros colombianos, y me atrevería a decir, casi todos los que creamos contenidos sonoros en español, estamos en semejante polémica, aún me cuesta hacerle entender a mis padres a qué me dedico. O acaso ¿usted sabe qué es un podcast?

A mi familia y a mis suegros simplemente les digo: “Es como la radio, pero la escuchas en internet”. Sé que es una definición simple, incluso simplista, pero me ayuda a explicar rápidamente y sin entrar en reflexiones profundas, en qué gasto mi tiempo, cómo pago las cuentas y por qué, sin tener ahorros, viajé hace un mes en un vuelo humanitario a Valencia, España, para estar en un máster con ‘frikies’ del audio.

No estoy segura de que algún día podamos llegar a un acuerdo sobre lo que es un podcast. Sin embargo, voy a arriesgarme y daré aquí mi versión de los hechos. Espero no ser condenada por ello.

Soy periodista y siempre quise que mi carrera me sirviera para “salvar el mundo”. Tranquilos, pueden reírse. Soñaba con escribir grandes reportajes o ser corresponsal de guerra como Alma Guillermoprieto o una cronista de prosa exquisita como Leila Guerriero. Por mi cabeza nunca pasó la idea de llegar a la radio, sobre todo porque quienes me conocen saben que mi voz no es precisamente la de una estrella de la locución.

En fin, mis primeros años los pasé como reportera judicial para medios de radio y televisión, entre fiscales que filtraban información a los periodistas que les llevaran regalos o los invitaran a almorzar y audiencias interminables que se convertían en notas de un minuto y medio.

Pero un buen día, creo que era 2014, cuando ya me habían permitido realizar algunas crónicas y reportajes en el medio radial para el que trabajaba, escuché algo que me voló la cabeza.

Era la historia de una mujer que en un programa de televisión peruano le confesó a su novio y su familia haberse prostituido. No les quiero dañar la historia de “La Concursante”, pero así fue como conocí el podcast y al maravilloso equipo de Radio Ambulante, que como a mí, ha inspirado a una generación de podcasteros.

Después supe que el formato estaba inspirado en This American Life, un exitoso show de la radio pública de Estados Unidos, porque sí, el podcast ya lleva 16 años entre nosotros, pese a que para muchos es difícil pronunciar la famosa palabrita.

Lo que me llamó la atención, más allá de la historia, es que no necesitaban de una estación de radio. Estaban en una plataforma digital y yo, su oyente, era quien decidía cuándo quería escuchar. Podía pausar, retroceder y volver a escuchar cuantas veces quisiera. Ninguna parrilla o programador tenía poder sobre cuándo podía acceder al contenido.

Y lo mejor: duraba más de 40 minutos. Así desafiaba la idea, que no sé desde cuándo, hizo carrera en la radio y llevó a todos a pensar que una crónica o un reportaje no puede extenderse más allá de tres minutos ¡Hágame el favor!

Para mí fue una revelación. Lo que vino después fue una inmersión completa. Escuché horas y horas de podcast y fui comprendiendo que no se trata de un género. Es un canal. Es un espacio en el que un creador de contenido, que no siempre es periodista, se vale de la atmósfera e intimidad que genera el audio para enviar un mensaje, que puede o no significar algo para quien lo escuche.

Como creadora de contenidos he encontrado en el podcast el espacio perfecto para contar historias que a mi juicio merecen ser contadas, experimentar y conectar con las emociones de las audiencias.

Estoy convencida de que el sonido es magia. Cuando escucho un podcast con un gran diseño sonoro siento que presionan un botón en mi cerebro que me traslada a otros mundos. Es el poder de crear imágenes con voces, paisajes sonoros, música, archivos y todo lo que se les ocurra.

Este es el mundo en el que me muevo y quiero compartirlo con ustedes. Cada dos jueves podrán leerme en este espacio de opinión. Encontrarán recomendaciones -desde cómo empezar un podcast hasta cómo monetizarlo-, reseñas de shows y análisis sobre las movidas de la industria. Con esto espero que cada vez más personas escuchen y se animen a crear podcast.

Y si aún quedan dudas sobre qué es un podcast, me gustaría tomar prestadas las palabras con las que el escritor Jorge Carrión inicia Solaris, un show con ensayos sonoros de la plataforma Podium Podcast.

“El podcast no es radio ni es audiolibro, pero tiene algo de la radio y del audiolibro. Es nuevo, pero como todo lo nuevo tiene su tradición, su genética, su historia. Es futuro con un rastro de pasado, puro presente”.

*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.