Si para ti ha sido difícil acostumbrarte a las clases virtuales, estando conectado desde cualquier dispositivo digital, y quizás desde la comodidad de tu casa; imagina y autoevalúa lo que podría significarte estudiar, no con los problemas de conectividad o poca velocidad del internet, sino limitado a esperar que lleguen dos burros con libros sobre su dorso. ¿Tendrías la paciencia suficiente? 

Pues para muchos niños y niñas del municipio La Gloria, Magdalena y sus zonas rurales aledañas, eso no tiene cabida para la imaginación, porque es su realidad. Y por corto de pensamiento que suene, también su única posibilidad de acceder a la educación, algo que no resultaría tan extraño en nuestro país, Colombia.

Ese par de animales bibliotecarios son Alfa y Beto, y si para usted es una ofensa que lo traten de “burro”, no se sienta tan ofendido después de conocer a este dúo, porque son este par de cuadrúpedos los que hacen posible que una biblioteca completa llegue a las manos de cientos de menores de edad que, tal vez y solo por accidente, han pisado un colegio.

Más no todo surge por casualidad, pues en la mente de Luis Humberto Soriano Bohórquez está el origen de esta obra social que ha cambiado vidas: la de él, las personas que ayuda y el gran equipo de trabajo que ahora existe detrás de su causa.

Resulta que en 1997, siendo Soriano docente en la tierra que lo vio nacer, tuvo la idea de cambiar las cargas comunes que tienen los burros de cualquier pueblo, como tanques con agua o alimentos, por algo más liviano, pero lleno de enseñanzas y conocimientos; valiosos materiales de lectura que a sus estudiantes les hacían falta para su crecimiento y desarrollo educativo. 

Esa labor se ha mantenido con el correr del tiempo y a pesar de los inconvenientes y dificultades sigue en pie, con el mismo espíritu de empuje y ganas de seguir adelante que tiene el señor Luis, a quien sin importarle haber perdido su pie izquierdo no ha dejado de aventurarse por los caminos baldíos que lo separan de sus alumnos y la comunidad lectora que se ha forjado gracias a él.

Bajo la insignia de Biblioburro se dio a conocer en su región y posteriormente su historia se extendió en el mundo haciendo presencia en importantes medios internacionales. En el año 2010 se institucionaliza y nace la Fundación Biblioburro, la cual ha recibido significantes reconocimientos por su labor. Por ejemplo: en 2013, Luis Humberto es premiado en ‘El Colombiano Ejemplar’ como el Personaje Ejemplar en la categoría Cultura por su influencia positiva dentro de la sociedad.

Ya pasaron dos décadas desde aquel entonces cuando Soriano llevó el valor de la pedagogía a otro nivel. Largos años que no han sido en vano y en los que ha encontrado la manera de poder hacer crecer su iniciativa; sin embargo, en estos momentos su Biblioburro también le hace frente a la pandemia y dentro de sus posibilidades sobrelleva la situación.

Henry Candanoza Pérez, de 38 años, es uno de los integrantes de esta familia desde hace 11 años, trabajando en las comunicaciones y la proyección social de la fundación. Él cuenta que durante la pandemia no se han podido realizar muchas actividades debido a que en varias de las zonas de incidencia hay graves casos de contagios, mientras que las donaciones que antes recibían también se han visto afectadas en su proporción.

¿Cómo impactó la pandemia en la Fundación?

No se pueden llevar a cabo varios proyectos o procesos como el programa de voluntariado o enseñanza de inglés por parte de personas de otros países. Se debe corregir el hecho de tener pocas personas que nos ayuden, debemos crear conciencia sobre esto, hacer convocatorias y animar más a la gente a que se vincule.

¿Bajo qué criterios y circunstancias están realizando sus labores?

Con todos los protocolos de bioseguridad, se trata de hacer un proceso de alfabetización con dinámicas, plan de trabajo y resultados que les pedimos a quienes hacen parte de estos procesos, que en su mayoría son niños de varias comunidades. Obviamente toca tomar muchas medidas, los cuidados, los tiempos o duración de las actividades y los lugares donde se realizan.

¿Cuál es la misión que tiene la Fundación?

La Fundación Biblioburro es una organización privada sin ánimo de lucro con responsabilidad social, cuya misión institucional es generar capital humano que produzca actividades propias de construcción social.  

Abordando  la problemática del analfabetismo, estimulando la lectura y la educación en los sectores rurales y comunidades con riesgo de vulnerabilidad a efectos de mejorar los niveles de educación en el Caribe Colombiano y disminuir los índices de deserción escolar.  Como propósito conspicuo desarrolla actividades propias de formación en valores y derechos humanos en busca de mejorar las condiciones humanas del ser en sociedad y su autoconocimiento dentro de esta.

Vea el video aquí.

Henry conoció a Soriano en Santa Marta y casi de manera inmediata le expresó sus ganas de hacer parte del proyecto. Su amor por el servicio y el trabajo social lo motivó a llegar con ideas frescas como lo es el Biblioburro Digital, el programa de voluntariado y más aportes a las jornadas de alfabetización.

Estuvo vinculado en 2007 a la Pastoral Social Santa Marta, donde hacía trabajos relacionados al servicio, apoyo y ayudas para personas necesitadas de los sectores más pobres del departamento del Magdalena y su capital.

Ahora siendo parte del equipo que comandan Alfa, Beto y el señor Luis Soriano, Henry confía en que un futuro la labor que ejercen se expanda a muchos más rincones del país, con proyectos que se puedan sostener, con un capital mayor y más colaboración en el talento humano, sumado a eso más viajes y experiencias únicas.

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*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.