“Yo no accioné el arma hacia él, es casi imposible darle a un blanco en movimiento con un arma que no es de precisión”, aseguró el uniformado a ese diario en una entrevista en la que precisó que el objetivo, según él, era disuadir a un núcleo de manifestantes.
“Mi intención era dispersar al grupo que estaba en la esquina, que lo integraban quienes cubrían sus rostros y lanzaban objetos”, señaló el capitán al diario capitalino para dejar en claro que la muerte del joven estudiante fue un “acto de servicio” y que no correspondió a una decisión deliberada de parte suya o del escuadrón que estaba bajo su mando.
En ese sentido, el oficial aseguró a ese medio que los escuadrones antidisturbios se enfocan en grupos y no en personas por lo que “saber todo lo que hizo (Dilan Cruz) es muy complicado”.
“Solo sé que es uno de los muchachos que toman la parte del frente de la agrupación (sic), de los tantos que tienen su rostro cubierto”, añadió el capitán a El Tiempo y además dijo haber recibido el entrenamiento necesario para cumplir con la misión del Esmad en cualquier situación de riesgo e incluso mencionó que cuenta con la experiencia suficiente para proceder conforme a los reglas.
“El procedimiento se realizó dentro de los protocolos y se informó todo el tiempo lo sucedido, lo cual ayudó a dejar claro en la institución que nunca se actuó de mala fe”, señaló el capitán de la Policía que está atento a que su caso lo conozca un tribunal penal militar y no la justicia ordinaria que los juzgaría por el presunto delito de homicidio.
Por su parte, el abogado Abelardo de la Espriella, que asumió voluntariamente la defensa del oficial, sostuvo a ese periódico que “los lamentables hechos ocurrieron mientras mi cliente desarrollaba actos propios del servicio, amparado por la ley y ajustado a los protocolos”, pero sin desatar el asunto de sus prejuicios políticos sobre la supuesta “izquierda radical”, que busca desprestigiar a la fuerza pública.
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