El panel conformado por 12 científicos, como arqueólogos subacuáticos y oceanógrafos, estudió el contrato que difundió el gobierno de Juan Manuel Santos para la extracción del cargamento de la embarcación hundida cerca de Cartagena de Indias, en 1708, por un barco inglés.

Los expertos encontraron que el “documento no se ajusta a los estándares habituales que rigen en el mundo de la cultura, de la ciencia y del patrimonio cultural”, por lo que recomendaron a las autoridades colombianas “que se ajusten a las normas científicas y no a una explotación comercial de un tesoro”, señaló categóricamente el vicepresidente Consejo Consultivo Científico y Técnico de la Unesco, Xavier Nieto Prieto, en Blu Radio.

El experto criticó varios aspectos:

En primer lugar, Nieto señaló que la poca información en torno a la ubicación exacta del galeón “es la primera sorpresa a nivel internacional”, pues “ese secretismo en torno al San José da la impresión que se intenta esconder información, y en la ciencia no se esconde información, se comparte para que los científicos puedan avanzar en el conocimiento”.

El experto señaló también que en este momento no se puede estimar el valor real de la operación porque eso varía dependiendo de la profundidad, de los medios técnicos que se utilicen y el tiempo que tome.

“Esta decisión del gobierno colombiano de hacer un secreto de Estado esta operación nos hace pensar que no es una operación científica habitual”, agregó el experto.

Nieto explicó detalladamente a los que se refiere la Unesco con que no se prioriza el conocimiento científico de la historia de Colombia:

“El objetivo que se pretende es un beneficio económico para unas empresas y para unas personas. Por lo tanto, la metodología del trabajo que se va a seguir no va a ser la de recuperar la totalidad del cargamento. [Se van a perder] Los trozos de tejidos, que no tienen ningún valor económico, pero que son importantes para la historia; trozos de cuero, trozos de la madera del barco. Lo que se va a utilizar es una metodología para sacar y recuperar aquello que tiene un valor comercial”.

El experto llamó la atención sobre la distribución que se le da a los objetos repetidos, por ejemplo las diferentes monedas que se encuentren en la embarcación, Nieto dice que hay un artículo en el documento que especifica que van a ser “repartidos o serán utilizados para pagar la operación”.

Según él, “esto es totalmente ajeno a la deontología profesional” porque “no hay objetos repetidos en un barco”.

Dijo que para la investigación científica “cada moneda es una unidad que aporta información. No es lo mismo que una moneda aparezca dentro de un cofre a que aparezca en el camarote del capitán. Aunque sean dos monedas iguales, su ubicación en dos sitios diferentes aporta informaciones diferentes. La arqueología lo que persigue es información científica, información histórica, no pretende monedas”.

Puntualizó que lo mismo sucede con los lingotes. Pues cada uno de ellos “tendrá unos sellos, tendrá un peso, tendrá una colocación dentro del barco”. Nieto explicó que “para un arqueólogo es importantísimo si un lingote está arriba o está abajo, si está a la derecha o está a la izquierda. Ese hecho topográfico ya hace que no haya dos piezas iguales porque la información que aportan es diferente”.

Los periodistas de la emisora señalaron que la empresa que se encargaría de extraer el cargamento prometió hacer un museo en Cartagena con el 90 % de las piezas rescatadas, y con lo restante se buscarían ganancias económicas, pues la operación tiene un valor muy alto.

A ese punto, Nieto respondió enfático que “esa es la primera falsedad del proyecto”. Aseguró:

“Existen ofertas del Centro Nacional de Recolección Subacuática francés y también ofertas por parte de España en las que el presupuesto se reduce 15 veces. Lo que ocurre es que esta empresa de cazatesoros pretende presentar unas facturas enormemente caras y por tanto cobrar una cantidad abusiva por aquello que se recupere. En un hecho demostrable: el alquiler del barco que propone esta empresa es 15 veces más caro que un barco idéntico y que estaría disponible. Eso hace una idea de cómo esta hinchado el presupuesto para obtener más beneficios”.

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Nieto afirmó que ya ha visto este tipo de operaciones antes y relató un caso similar:

“El de la Mercedes. Hace unos años, una empresa recuperó el tesoro de la fragata Mercedes. La empresa valoró en 500 millones de dólares aquello que se había extraído de la embarcación. Yo en aquel entonces era director del Museo de Arqueología Subacuática de España y recibí, después de una sentencia judicial, el cargamento recuperado. Lo valoré a precio de mercado de antigüedades, que es ilícito, pero bueno… calculé lo que valía cada moneda, multiplique por las monedas que llegaron al museo y su valor no llegaba a los 10 millones de dólares. Aquí en esas historias de tesoros no podemos olvidar que hay toda una ingeniería ilegal detrás de esas empresas de cazatesoros que funcionan por venta de acciones bancarias […] sabemos que hay personas del Reino Unido que están implicadas en operaciones de este tipo y que se desgravan, gracias a esto, millones de libras esterlinas de sus declaraciones anuales de renta”.

Nieto añadió en Blu Radio que los temas jurídicos dependerán de confirmar “que se trate realmente del San José”, lo que solo se podrá hacer hasta que puedan estudiar el material en la superficie.

Por último, el experto señaló lo más preocupante en este caso y es que Colombia no hace parte de las convenciones para proteger este tipo de cargamentos, por lo que no es necesario que atienda las serias recomendaciones de la Unesco. Nieto dejó la inquietud:

“Lo que sí es cierto es que estas recomendaciones que salen de un equipo de 12 técnicos de conocido prestigio internacional, y que conformamos el Consejo Consultivo de la Unesco, tendrían que hacer reflexionar al gobierno colombiano sobre su imagen exterior y sobre la operación que van a realizar”.

Entre tanto, W Radio difundió otro documento de la Unesco en el que deja otro elemento bajo la lupa y es que las personas que estarían detrás de la empresa proponente para hacer la extracción entregaron información falsa sobre su experiencia profesional.

El texto revela que Manuel Almeida Estévez, uno de los integrantes de Maritime Archaeology Consultants AG, afirmó que había sido profesor de la Unesco, pero ese organismo verificó sus registros y no encontró vinculación de Almeida en ningún cargo. Por esa razón denunciaron que este hombre utilizó ilegalmente y de forma engañosa el prestigio de ese organismo internacional.

Adicionalmente, el diario ABC, de España, aseguró en las últimas horas que “a pesar de las reiteradas declaraciones sobre la prioridad científica y la calidad arqueológica del proyecto auspiciado por el gobierno de Santos, o la promesa de que el galeón es patrimonio exclusivo de los colombianos, está previsto que el oro, las monedas, joyas y piedras preciosas, así como las colecciones consideradas ‘cargas industriales’, acaben en uno de los últimos territorios coloniales británicos”. Es decir, en las Islas Caimán.