Thor es un pastor alemán que trabaja con la Policía Metropolitana. Su especialidad es la detección de estupefacientes. Por eso lo llevaban en un operativo de rutina que concluyó con un hallazgo importante.

En una empresa de encomiendas, Thor olfateó unas cajas. El perro notó que algo extraño había en esas cajas que hacían pasar como una encomienda corriente. Entonces, fue hasta donde un oficial para alertarlo de la situación.

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El llamado de Thor no fue en vano. Los miembros de la Policía Metropolitana inspeccionaron las cajas que el perro había considerado sospechosas. Después de revisarlas, una por una, se encontraron con que la encomienda tenía nada más y nada menos que 2.400 gramos de clorhidrato de cocaína.

Los que empacaron la droga trataron de evadir a los perros, pues envolvieron la mercancía en 601 rollos de espuma y cintas recubiertos con pintura, pero no contaron con la agudeza del olfato de Thor.

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Según la información recolectada por la Policía, el cargamento tendría como destino España. Los narcos colombianos han expandido el mercado hacia Europa, donde el precio de compra puede ser más alto que en Estados Unidos. Por eso están en la mira puertos como el de Amberes, en Bélgica, o el de Rotterdam, en Holanda, por ejemplo.

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El Mayor Miller Yasno, de la Policía Metropolitana, precisó que el operativo tenía como fin ponerle ojo a los envíos internacionales de las empresas de encomiendas. Este es un ejercicio que se hace con regularidad.