No pasó mucho tiempo para que las palabras que pronunció el sacerdote Ricardo Zabala durante una homilía en su parroquia en Natagaima (Tolima) produjeran un efecto en la jerarquía de la Iglesia católica, aunque más tenue que las reacciones que desató entre la comunidad LGBTI, en redes sociales y en medios de comunicación del país.

En ese oficio religioso, Zabala se quejó de un reinado gay que se había adelantado en el municipio: “Ahora a que no adivinan dónde, aquí en Colombia, es la ciudad donde más maricas hay. ¿A dónde es? ¿De dónde salió la reina de los gais?”, se preguntó Zabala, y él mismo respondió: “De Natagaima. ¿O sea que los maricas más bonitos a dónde están? En Natagaima”, dijo, muy enojado, ante una feligresía sorprendida.

La tormenta se desató en el país y hasta la periodista Vanessa de la Torre sermoneó al religioso: “Eso se llama discriminación. Y el señor está en un puesto de autoridad, y la gente le cree y confía. Por eso es tan grave cuando son pederastas, porque es la mamá entregándole el niño al cura para que se lo cuide, y resulta que se lo viola. ¿Por qué más bien no habla de eso el sacerdote? ¿Por qué va a venir a denigrar de esa manera a la comunidad gay? ¡No, que respete! Es que el mundo ha cambiado. ¡Qué tal!”.

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Este miércoles, el obispo del Espinal, monseñor Miguel Fernando González, contó en Caracol Radio que habló con Zala en privado, y dijo que “reconoció que el sacerdote utilizó términos inadecuados”.

“Privadamente ya hemos tenido una conversación en donde el padre, pues sí, quedó preocupado porque su tono no fue como el más adecuado”, agregó el prelado en la emisora. “Y efectivamente, como digo, de buena fe, [Zabala] quiso exponer algunos temas que son para tratar con muchísima delicadeza, con muchísimo respeto”.

De acuerdo con lo contado por el obispo, el sacerdote “también ha caído en cuenta de que de pronto no son los términos más apropiados”.

“A nivel personal, yo como obispo y él como sacerdote, se ha comprometido a tener como una forma de diálogo y de expresión más adecuada, más concorde a esa dignidad de sacerdote”, siguió el superior jerárquico.

El prelado, que visitará este miércoles el municipio de Natagaima, subrayó que “toda persona merece ser respetada, acogida y recibir un trato justo”, algo que seguramente le recordará personalmente a Zabala, pues ese sacerdote dio suficientes muestras de no considerar ese precepto no solo religioso, sino humano.