Rodrigo Granda, exmiembro de la extinta guerrilla de las Farc, admitió ante los medios de comunicación que el secuestro es un crimen atroz e inhumano, pero que “de ahí a la esclavitud hay una diferencia impresionante”, dijo el hombre, citado por CM&, durante un evento que reunió a personas de diferentes sectores con motivo de los 5 años de la firma del Acuerdo de Paz en Colombia. El evento se organizó en la Universidad Externado de Colombia.

A esas declaraciones de Granda reaccionó Luis Eladio Pérez Bonilla, que estuvo secuestrado por las Farc en 2001, en entrevista con Caracol Radio: “¿Quién está contento en un secuestro? Nadie, eso no se trata de estar aburrido o no”.

Y enfatizó: “El secuestro en sí es una forma de esclavitud. Cuando una persona somete a otra, perdiendo su libertad, automáticamente se convierte en esclavitud y más cuando nos tenían a nosotros como mercancía, como si fuésemos canjeables… nos transportaban como si fuéramos mercancía”, explicó Pérez Bonilla, quien le relató  a la frecuencia radial que durante 6 años permaneció encadenado a los árboles o con otro compañero de secuestro, cuando caminaban por la selva.

De otro lado, a pesar de que Granda señaló que el secuestro es un delito inhumano, trató de defenderse de los señalamientos de esclavitud de los secuestrados con esta frase: “No se puede tomar como una cuestión completa, si alguna de las personas que estaban en retención decía que se sentía aburrida y que quería participar en X o Y trabajo, se permitía, pero no era que fuera una obligación. En esto hay mucha manipulación”, le dijo al noticiero CM&.

Rodrigo Granda dijo además que a esa guerrilla le quieren hacer “un fusilamiento de carácter moral”, como olvidando los más de 50 años de barbarie que las Farc causaron entre la población civil colombiana.

Las declaraciones de Granda causaron malestar, pues para algunos, como uno de los abogados de varias de las víctimas citado por El Tiempo, las palabras del hoy líder del Partido Comunes “son revictimizantes”, por lo cual ese jurista, que representa a las víctimas de secuestro y asesinato de los diputados del Valle del Cauca, anunció que se “tomarán acciones al respecto”.

Otra de las frases de Granda que causaron incomodidad pretende seguir exculpando lo hecho por esa guerrilla durante tantas décadas, esta vez involucrando a Iván Duque: “¿Qué más quieren que digamos, que hagamos lo que hizo Duque de ir al muro de las lamentaciones a darse allá cabezazos?”, recoge El Colombiano.

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Y continuó: “Nosotros estamos diciendo nuestras verdades, no es obligación aceptarlas, pero tampoco nos pueden obligar a aceptar otras pretensiones”.

Por qué Rodrigo Granda regresó a Colombia

Una tarjeta informativa de la secretaría de Relaciones Exteriores de México decía, cuando el exguerrillero intentó ir a ese país como invitado a una charla, que “las autoridades de Paraguay se comunicaron con México para solicitar la detención y extradición a Paraguay del Sr. Granda durante la noche del 19 de octubre”, mientras se hallaba “retenido” en el aeropuerto de Ciudad de México.

Sin embargo, al darse cuenta de la inminencia de su captura, “Granda ya había salido de México “antes de que la petición pudiera ser considerada”, añadió la cancillería y por ello Rodrigo Granda no asistió a un evento al que estaba invitado.

El canciller paraguayo, Euclides Acevedo, convocó al embajador de México en Asunción para que explicara por qué fue liberado Granda, quien tenía previsto asistir a un foro organizado por el Partido del Trabajo (PT), aliado del presidente izquierdista Andrés Manuel López Obrador.

(Vea también: Paraguay confirma orden de captura contra Rodrigo Granda y pedirá explicación a México)

La cancillería mexicana dijo que, previo al viaje, realizó las gestiones necesarias “para garantizar el ingreso de la delegación colombiana (…) sin contratiempos”.

El Instituto Nacional de Migración y el Centro Nacional de Inteligencia confirmaron incluso que “no había registro de alertas migratorias u otros posibles problemas”, pero Interpol “subió una alerta” para la retención de Granda, cuando éste volaba hacia la capital mexicana, a mediados de octubre pasado.

Pero “luego de ser retenido se hicieron las gestiones internas y se notificó que sí se le concedía el ingreso a México. Sin embargo, el interesado determinó regresar a Colombia”, detalló la cancillería.

En sus explicaciones, el gobierno de México subrayó su “apoyo al proceso de paz en Colombia”, que llevó al desarme de las Farc.