Así lo expresó Rodrigo Londoño, nombre real del exjefe guerrillero, en un video que fue grabado este viernes en Llorente, Nariño, durante una visita a una zona en donde exguerrilleros de las Farc cumplen su etapa de reincorporación a la sociedad.
“Mis disculpas si esto le ha generado alguna dificultad, señor embajador”, dijo Londoño quien agregó que si fuera necesario pueden “dar las explicaciones del caso de manera personal”.
Londoño agregó que las banderas del partido “son las banderas de la paz y la reconciliación” y que “si alguno individualmente ha sacado otro símbolo que no nos interpreta es su responsabilidad individual”.
Esta es la posición de nuestro @PartidoFARC frente a los intentos de querer vincularnos a cualquier posibilidad de proselitismo armado.
Nuestras banderas son las banderas de la Paz. pic.twitter.com/rWmmusngQm— Carlos A. Lozada (@Carlozada_FARC) May 31, 2019
El embajador Gómez de Olea expresó su rechazo en una carta por el uso de una camiseta con el logo de ETA por uno de los acompañantes de ‘Jesús Santrich’ cuando éste saludó a sus simpatizantes desde el balcón de la sede del partido el jueves.
En la misiva el diplomático manifiesta su repulsa, ya que considera que el uso de esa camiseta ofende a las víctimas de la banda armada que asesinó a 864 personas, según cifras oficiales.
El hombre que estuvo al lado de ‘Santrich’ con la camiseta de ETA se identifica en las redes sociales como José Beñarán, apellido de José Miguel Beñarán Ordeñana, alias ‘Argala’, uno de los dirigentes históricos de la banda terrorista.
El perfil del individuo en Twitter dice que es un “excombatiente de las Farc en proceso de reincorporación” y tiene una fotografía con el cartel que pide la liberación de los etarras presos.
ETA fue una organización terrorista fundada en 1958 y que buscaba la independencia del País Vasco hasta 2018, cuando dio por terminada su actividad armada.
‘Santrich’ fue detenido el 9 de abril de 2018 tras una solicitud de extradición de EE.UU., que lo acusa de conspirar para enviar a ese país diez toneladas de cocaína después de la firma del acuerdo de paz con el Gobierno el 24 de noviembre de 2016.
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