Durante años la palma de cera, declarada en el año 1995 como el árbol nacional de Colombia, ha estado bajo la amenaza de ciertas prácticas que han puesto a la especie en peligro de extinción.

(Vea también: Alerta por muerte de palmas de cera: ¿Quiénes son los responsables?)

Una de ellas es la modificación de su ambiente nativo como resultado de la deforestación a la que han sido sometidas estas plantaciones, como ocurrió en una zona el famoso Valle del Cocora, en Quindío, donde se encuentran por doquier ejemplares de más de 60 metros de altura.

Pero este no es el único mal que aqueja a la palma de cera. Otra costumbre que ha ocasionado la disminución de esta planta, que crece en los valles andinos de los departamentos de Quindío, Risaralda y Tolima, es el hábito de utilizarla en las conmemoraciones religiosas en época de Semana Santa, especialmente el Domingo de Ramos.

Los ramos que son entregados a feligreses para evocar la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén son elaborados con palma de cera por cierto grupo de artesanos que, desde hace mucho tiempo, han tenido esta práctica como base de su economía para este período del año.

Campaña en el país para preservar la palma de cera

Sin embargo, en este 2023 se ha visto un cambio en esta costumbre ancestral y, en vez de palma de cera, en ciertas zonas del país se han repartido plántulas. Tal es el caso del departamento del Atlántico, donde para la Semana Mayor, la Corporación Autónoma Regional (CRA) entregó más de 5.000 plántulas a los feligreses de las diferentes iglesias que conforman la Arquidiócesis.

La campaña se denominó ‘Siembra vida’, cuyo objetivo es reemplazar la palma de cera para no continuar con esa mala práctica de extinguirla.

Entre tanto, en el Quindío se promovió otra campaña de protección ambiental en favor de la palma de cera que busca que la tradición “no acabe con el árbol nacional”.

“En Semana Santa no contribuyas a la deforestación de la palma de cera”, es el mensaje con ahínco de Paraíso de las palmas, cuenta encargada de proteger e incrementar los ecosistemas de palma de cera, a través de la educación ambiental, la investigación científica y el desarrollo sostenible.

Autoridades ejercen controles para evitar su comercialización

La Policía y las secretarías de ambiente de las principales ciudades del país llevan a cabo estrictos controles para mitigar la venta ilegal de esta palma en época de Semana Santa.

Tan solo en Bogotá se han incautado más de 55 kilos de palma de cera y vino, según información de la Secretaría de Medio Ambiente.

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Cabe recordar que el tráfico de estas palmas puede acarrear en multas y delitos que podrían llevar a la cárcel.