El tensionante momento empezó cuando el hombre empezó a contar las difíciles situaciones que ha tenido que vivir, a decir que ya tenía un seguro de vida para sus hijos y a invitar a los demás oyentes a que leyeran su historia en una página web en la que contaba más detalles de lo que parecía ser el final de su vida. “Es una carta de despedida”, fue como la describieron en la emisora.

Debido a la tranquilidad con la que hablaba el oyente, de 48 años, al principio no fue claro de qué se trataba. Luego de algunos minutos, Julio Sánchez Cristo entendió que llamaba para despedirse y que sus palabras en W Radio podrían ser las últimas que diría.

El experimentado periodista empezó a escudriñar en la vida del oyente para invitarlo a desistir de esta decisión.

—¿Cuántos años tienen sus hijos? —le preguntó Julio Sánchez Cristo.

—19, 12 y 6 —respondió el oyente.

—¿Usted ya ha hablado con ellos de esto? —replicó el periodista.

—No, Julio. Imposible —dijo el oyente.

—¿Usted ha hablado con su señora de esto? —volvió a preguntar Julio.

—Ella ya no está —dijo el hombre.

El periodista siguió preguntando y el oyente confesó que sus hijos vivían con su madre, es decir, la abuela paterna. Julio, que de plano señaló que no era un experto, sino que solo buscaba ayudarlo, le hizo más preguntas.

—¿Usted ha puesto en una balanza esa decisión que piensa tomar y el futuro de sus hijos? —le dijo Julio.

—Claro. Yo sé que ellos perderán miles de momentos. No es fácil —dijo este hombre.

Las preguntas de Julio Sánchez Cristo tuvieron un efecto positivo y le propuso que hablara con algún especialista del tema para ver en qué podían ayudarlo. La conversación continuó por varios minutos más.

Yo lo acompaño. Busquemos un experto. Hay personas que son profesionales y saben manejar el tema de las frustraciones, las depresiones y le muestran que hay varias puertas en la vida, que esa no es la única. Si usted tuvo un éxito profesional hace años, seguramente habrá compañeros que lo pueden ayudar allá. Le repito, este es un tema tan delicado que no tengo nada más que decirle que lo acompaño. A dónde lo acompaño y miremos otra opción, ¿le parece?”, dijo Julio.

El hombre, conmovido por las palabras del periodista, le agradeció y le dijo que “no es depresión” y seguía contando las razones por las que sentía que no debía seguir viviendo. Insistente, Julio Sánchez Cristo le decía: “Deme la oportunidad de que hable con un especialista. Solo hablar. No le estoy pidiendo nada más. Leímos su crónica y usted lo que está es llamando a despedirse y yo, como cualquier oyente que se conmueve, y pienso en usted y en esos tres muchachos”.

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El oyente no quería dar su brazo a torcer y se sentía un ambiente de tensión que Sánchez Cristo manifestó: “Deme la oportunidad de ayudarlo. No puede llamarnos y decirnos: ‘Oiga escribí una crónica’, que ya la leímos, y tiene conmocionadas a mis compañeras. Seguimos pensando en sus princesitas. No hay mamá. Qué va a pasar ahí”.

La insistencia de Julio tuvo éxito y el hombre finalmente le respondió: “Bueno, Julio, acepto su invitación. Es mejor un perro vivo que un león muerto y donde hay vida, hay esperanza”.

El suspiro de alivio que exhaló Julio Sánchez Cristo fue el final de esta charla en la que el hombre confesó que su familia vivía en Bogotá, pero que actualmente estaba en Neiva. Sus hijos, la razón principal por la que aceptó la charla con un especialista, sí están en la capital.

“La crónica es impresionante”, fue la conclusión de los periodistas y del conductor del matutino de W Radio.

Luego de una hora de este hecho, Julio confirmó que el hombre fue atendido por los expertos de la Fundación Santo Domingo y de la Fundación Santa Fe por medio de su programa ‘Porque quiero estar bien’, especialistas en atender este y otro tipo de casos asociados a la salud mental de los colombianos, a través de los primeros auxilios, como sucedió con este oyente.