Existe una clara preocupación en Colombia por la estabilidad de las infraestructuras viales, luego de las últimas noticias sobre el colapso y debilitamiento de algunos puentes. Entre los casos más sonados, está el de Los Grillos, que queda en el kilómetro 81 de la vía Sogamoso-Aguazul (hacía el Llano), entre otros.
Estos constantes acontecimientos provocaron que el Estado se vea muy afectado económicamente por obras inconclusas, que colapsan o terminan siendo más costosas de lo pensado.
Al respecto, en Pulzo hablamos con Alejandro Sepulveda, director de BIM de MAB Ingeniería de Valor, una empresa que presta servicios de interventoría y consultoría para proyectos de infraestructura, en el sector público privado.
Él, desde su papel como ingeniero, conoce muy bien cómo es el manejo de los puentes en el país y cuenta qué avances tecnológicos existen en Colombia para, precisamente, proteger las infraestructuras viales.
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Sepulveda explicó que la herramienta 4.0 BIM (‘Building Information Modeling’) es una metodología de trabajo colaborativa para la creación y gestión de proyectos de construcción.
“La tecnología nos ayuda a ver el avance en la construcción del puente y a tener un control sobre el kilogramo […]. Para saber si el puente está funcionando de manera correcta tenemos que hacer uso de sensores que nos ayuden a verificar si el comportamiento sirve como se diseñó. Esos sensores los podemos poner al modelo digital que ya tenemos”, dijo Alejandro Sepulveda.
La propuesta de la empresa MAB Ingeniería de Valor es usar la tecnología —basada en gemelos digitales— para resolver los inconvenientes que se presenten en los puentes, como el deterioro, cuándo necesita ser restaurado, cuánto tiempo dura ese proceso y el dinero que le costará al Estado invertir en la protección del bien público.
Asimismo, contó que la empresa probó esta tecnología con un puente ubicado en el barrio Meissen, al sur de la capital de la República. Allí se registraron los mantenimientos que se le debían hacer al activo, los costos para el desarrollo y las fechas de ejecución optimizando tiempos y costos.
“Nosotros digitalizamos los diseños del Puente de Meissen. A este puente se le estaba haciendo un proceso de mantenimiento, de pintura y recambio de unas partes. Propusimos una metodología basada en los estudios que pudiera ser escalable a todos los puentes de Bogotá […]. De esa forma podemos controlarlos y tener un mapa general de ellos, además de hacer el mantenimiento y chequeo de cada uno”, contó.
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En el caso exacto de Bogotá, el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) es el encargado de hacer esta gestión. Sin embargo, en muchas ocasiones, el ente no puede vigilar las condiciones de cada infraestructura, pero con esta metodología se puede hacer un diagnóstico para evitar colapsos y cuidar la vida del ciudadano.
“La herramienta es muy buena porque lo que le va a permitir al IDU es tener una notificación que le diga cuál es el puente que tiene una urgencia para hacerle mantenimiento. También le dice cuánto cuesta y cuánto dura [la construcción o reparación], esto permite que no haya sobrecostos. No se corre el riesgo que se extienda el plazo […]. Eso se llama de alguna forma planeación inteligente. Es un gran reto”, destacó.
¿Por qué se caen los puentes en Colombia?
Esa es una de las preguntas que más se ha hecho el ciudadano en estas semanas. En charla con este portal, Alejandro Sepulveda opinó que se debe a problemas geológicos, pero también porque hace falta tener una buena planeación, ojalá, con ayuda tecnológica.
“Sí existe una planeación, pero lo que estamos proponiendo es que con el uso de herramientas digitales esta puede ser inteligente. La idea es ir un poco más allá: cómo podemos mejorar esos procesos de planeación con las herramientas que tenemos ahorita. Con el uso de estas, pueden ser más estratégicos los planes y cuidar los recursos”, insistió.
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Para el experto, el ser un país con tres cordilleras hace que el estudio deba hacerse con tiempo y muy meticulosamente.
“Estamos en un país que tiene fallas geológicas. También nos afecta la variedad de climas. Los estudios que se hacen son muy buenos, pero también hay zonas que son de alto riesgo. […]. Precisamente, para esos puntos es donde yo apuntaría al uso de la tecnología. Es decir, hacer mediciones exactas para adelantarnos si hay algún tipo de derrumbe o algún problema estructural”, concluyó.
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