Fernando Quijano, que hace parte de la mesa de trabajo de esa frecuencia radial, fue el docente que lo pasó al tablero y le preguntó: “¿Al interior de Fecode han realizado algún tipo de estudio sobre el impacto de las protestas en el rendimiento académico de los alumnos?”.

Quijano argumentó su cuestionamiento diciendo que, “revisando el listado de los colegios de cara a las pruebas de Estado, no aparece entre los mejores colegios de Colombia ninguno con un énfasis de educadores de Fecode”.

El periodista, también director de La República, agregó: “Podría decirse que Fecode es muy bueno para reivindicar derechos de los profesores, pero no [los] derechos de los alumnos, sobre todo en calidad de la educación que ustedes imparten”.

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Y es que a Colombia le ha ido muy mal en las pruebas Pisa. De acuerdo con los recientes resultados, los estudiantes del país tuvieron un rendimiento menor que la media de la OCDE en lectura (412 puntos), matemáticas (391 puntos) y ciencias (413 puntos).

De hecho, Julián de Zubiría, rector del Instituto Alberto Merani, uno de los mejores del país, atribuye este fracaso a la falta de lectura crítica y a la mala preparación de los docentes.

Alarcón, en primer lugar, no contestó si desde el gremio se ha medido el impacto de las marchas en los estudiantes.

Luego, el líder gremial empezó a divagar en el diálogo, como estudiante que no tiene clara la respuesta ante un profesor cuchilla, y respondió de manera cantinflesca.

“Bueno, nosotros, precisamente eso (…) y desde siempre, desde que ha estado Fecode primero defendiendo la educación pública y exigiendo (…) y también, de nuestra parte, colocar todo lo que esté a nuestro alcance para mejorar la calidad de la educación (sic)”.

Luego sí pareció contestar, pero con evasivas: “Es que la calidad de la educación no se puede medir simplemente en unas pruebas Saber o unas pruebas Pisa”.

Luego, el dirigente gremial esgrimió un argumento que parecía de estudiante que no estudió para su exposición: “No es lo mismo un colegio privado en Bogotá […] con 15 o 20 estudiantes, que tiene todos los elementos de infraestructura de material didáctico y de su planta de personal, a un colegio de la región del Chocó, que es donde se acentúa una situación más crítica, con 40-45 estudiantes que no tiene infraestructura. Aquí hay que mirar todas las situaciones”.

Finalmente, volvió a cambiar el tema, y dijo que el gremio está buscando la forma de sumar a la negociación: “Pero aquí nosotros estamos aportando. Inclusive, tenemos una mesa de alto nivel con el Gobierno Nacional, donde participan los ministerios del Interior, de Hacienda, de Educación […], en la cual estamos mirando cómo debe ser la inversión, y [cómo] colocarnos de acuerdo para incrementar los recursos del sistema general de participaciones que hoy tanto hace falta”.