El alto costo del segundo insumo más importante para el sector edificador también está afectando a cerca de 9.000 unidades que se encuentran en fase inicial de proceso constructivo.

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El precio del acero para la construcción registró un aumento del 50 % a lo largo del 2021, y aunque el sector esperaba que en 2022 se iba a nivelar, sucedió lo contrario. Hace unos días el Dane reveló el Índice de Costos de la Construcción de Edificaciones (Icoced), el cual evidencia que solo entre febrero y marzo de este año el precio del acero registró un nuevo aumento en 4,2 %, con un crecimiento de 5,7 % en el acero corrugado.

La Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol) advirtió que de mantenerse esta tendencia, el precio del acero podría cerrar el año con una variación anual de 43 %. Según el gremio, este nuevo aumento del importante insumo pone en riesgo “inminente” la construcción de 250.000 Viviendas de Interés Social (VIS), las cuales fueron pre-vendidas en los dos últimos años y no han iniciado obra.

Riesgo en Tolima

En el caso del Departamento, de acuerdo con Véliz Alfonso Mejía, presidente de Camacol Regional Tolima, el incremento del precio del acero y de otros insumos, “están poniendo en riesgo en el corto plazo, es decir, lo que resta de 2022, la iniciación de cerca de 15.000 unidades de vivienda nueva que se encuentran pre-vendidas y en el mediano plazo (2023 – 2024) de unas 5.000 unidades adicionales”.

De igual forma, los costos elevados de los materiales afecta a cerca de 9.000 unidades que se encuentran en fase inicial de proceso constructivo (preliminares, cimentación y estructura).

“Adicionalmente, es importante destacar los impactos asociados a esto como son: una menor generación de empleos directos e indirectos por parte del sector construcción y sus encadenamientos productivos, menor demanda de insumos de diversas industrias y del sector comercial, menores montos en la otorgación de créditos hipotecarios individuales y de crédito constructor, etc.”, manifestó Mejía.

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Piden reducir arancel

Dado el contexto macroeconómico del país y del mundo y los altos costos por el desabastecimiento de muchos insumos para desarrollar procesos constructivos, desde el gremio se espera que se acaten las recomendaciones del Comité Triple A y se reduzca en un 50 % la carga arancelaria para la importación del acero.

Con este escenario, una alternativa para los constructores sería transferir una parte de los incrementos al cliente final mediante el precio de la vivienda.

“Pero en el segmento social esto no es viable, la razón, los topes máximos están fijados en salarios mínimos y para poder comercializar estas viviendas el precio a la hora de la entrega no puede superar dicho límite”, explicó Véliz Alfonso Mejía.

En el caso de Ibagué el tope se ubica en 90 salarios mínimos legales mensuales vigentes (smlmv) para Vivienda de Interés Prioritario (VIP) y 135 smlmv para viviendas VIS.

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Aunque el presidente de Camacol Regional Tolima comentó que de momento no tiene reportes de proyectos paralizados, reconoció que se han cancelado algunos por el incremento del costo de los insumos, y en algunos casos los constructores están aplazando los inicios de obra esperando un mejor panorama para poder iniciar.

Cabe aclarar que para los proyectos de vivienda, el precio de los insumos de construcción, en particular los de mayor incidencia como el acero, constituyen el principal riesgo para la viabilidad y ejecución de las obras.