Escrito por:  Redacción Nación
Jun 12, 2024 - 10:22 am

Jamundí, a escasos 20 minutos en carro al sur de Cali, reúne las mismas condiciones geográficas que la capital del Valle del Cauca, lo que hace a esos dos centros urbanos muy vulnerables a las acciones de los grupos armados. Tanto la tercera ciudad más importante de Colombia como el pequeño municipio miran hacia el oriente donde discurre el río Cauca. A sus espaldas, los farallones, una cadena montañosa que forma parte del a cordillera Occidental, desde donde bajan los grupos armados para atacar.

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Pero hay otra característica geográfica que hace de Jamundí un blanco fácil. Es el municipio más al sur del departamento del Valle del Cauca, en límites con el departamento del Cauca, donde las disidencias de las Farc han desatado una brutal ofensiva. Hace menos de un mes, la disidencia ‘Estado Mayor Central’ (Emc), encabezada por alias ‘Iván Mordisco’, golpeó a al menos seis municipios caucanos y veredas en un radio de dos horas entre Jamundí (Valle) y Morales (Cauca). O sea que Jamundí puede ser atacado por el occidente (desde la cordillera) y por el sur (desde el Cauca).

El año pasado, el secretario de Convivencia y Seguridad del Valle del Cauca explicó a El País de Cali, que en ese departamento hay presencia de grupos residuales en las dos cordilleras (incluyó la Central), “con afectación esporádica”, lo que significa que no tienen asentamiento permanente en ningún municipio, pero inciden en poblaciones como Dagua, Buenaventura, Jamundí, Pradera y las zonas altas de Tuluá, Buga y Bugalagrande.

El investigador de la Fundación Paz y Reconciliación (Pares) Juan Manuel Torres le dijo al mismo medio que la estructura ‘Jaime Martínez’ es una de las disidencias de las Farc más poderosas y se ha extendido a lugares como Dagua y Restrepo, pero también ejerce un gran control sobre Jamundí y Buenaventura. “En Jamundí tienen el control absoluto desde la vía que va de Potrerito [donde este miércoles la estación de Policía también fue atacada] hacia Timba, y las partes altas del municipio, donde los cultivos de coca han aumentado de manera exponencial. A media hora del casco urbano podemos encontrar un retén de la ‘Jaime Martínez’”, dijo entonces.

Pero las economías ilegales a las que se dedican estos grupos no se limitan a las relacionadas con el narcotráfico. También llenan sus arcas con la minería ilegal. El Valle del Cauca resulta crítico para esos grupos delincuenciales por dos razones: las rutas de tráfico que llevan a la Costa Pacífica y la conexión de mercado interno con otras áreas de consumo como el Eje Cafetero y Bogotá. Jamundí está prácticamente en el fondo de la ‘U’ que forma la bifurcación de las cordilleras Occidental y Central, y es solo un caso del complejo panorama de orden público que aqueja a todo el Valle.

Jamundí es un municipio ‘bisagra’ que articula al alterado departamento del Cauca, tomado por las disidencias de las Farc, con Cali y el Valle del Cauca. La situación de inseguridad ha dado para que haya quienes teman que la COP16, que se celebrará en la capital del Valle dentro de pocas semanas, pueda estar en riesgo.

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En este caso, las acciones de los grupos armados como las disidencias de las Farc no se pueden entender como maniobras estratégicas con propósitos políticos, como el de las extintas Farc, que perseguían el fin último de derrocar el Estado y la toma del poder por la vía de las armas. No son acciones propias del conflicto armado. Ahora su motivación son las rentas ilegales, y la disfrazan con un discurso pseudopolítico, pese a lo cual el Gobierno de Gustavo Petro intentó una criticada negociación de paz que se rompió por los crímenes que cometieron los delincuentes contra la población civil.

La acción de este miércoles en Jamundí, atacado ya dos veces en menos de un mes, clasifica claramente como atentado terrorista, pues activaron una moto bomba en pleno centro de ese municipio en un sector comercial en donde también hay entidades bancarias, y eso implica la presencia de civiles. De hecho, el saldo parcial en horas de la mañana era de dos policías y cuatro civiles heridos, uno de los cuales fue trasladado a la Fundación Valle del Lili, en Cali, por la gravedad de sus heridas.

“Es doloroso lo que está pasando en Jamundí, sobre todo por los atentados terroristas que afectan a la sociedad civil. Cuatro personas civiles están afectadas, uno de gravedad”, dijo la gobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro, en Caracol Radio, y advirtió que el control del orden público “es de la órbita del Gobierno Nacional, del presidente de la República. Nos tienen que apoyar para darle tranquilidad a la gente de Jamundí y del Valle del Cauca. Esto se debe abordar desde el punto de vista integral y darle a la fuerza pública la posibilidad de tener su logística, de tener más pie de fuerza”.

La manifestación de la mandataria regional va en línea con las permanentes críticas que se le hacen al Gobierno Nacional y al ministro de Defensa, Iván Velásquez, a quien la oposición acusa de haber propiciado una significativa baja en la ofensiva de las Fuerzas Armadas contra los grupos armados ilegales, lo que tiene a buena parte del país en manos de esas organizaciones.

“Necesitamos lograr que el Ejército y la Policía tengan toda la posibilidad de tener control territorial pleno de las áreas rurales, sobre todo de Jamundí”, reclamó la gobernadora en la misma emisora. “La inteligencia tiene que anticiparse a esos hechos terroristas que se generan”. Y concluyó con que hace un mes, en un consejo de seguridad en Tuluá, ya le había expresado al presidente Petro estas preocupaciones.

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