“Sabe lo que más me emput… de esto, es que a ellos no les parece que están haciendo un desastre”, dijo Salvo Basile, actor y productor de cine, en entrevista con Julio Sánchez Cristo, en la W Radio.

Si bien el escritor nació en Italia, es nacionalizado colombiano, y Sánchez Cristo lo presentó como uno de los “cartageneros más importantes por haber entregado su vida y amor a la ciudad”.

Fue por eso que Basile arremetió contra la gerente del Club de Pesca, Ileana Stevenson, al señalarla como una de las responsables de ordenar que pintaran parte de la fachada del Fuerte San Sebastián del Pastelillo, en Manga.

“La niña Stevenson, la gerente, es muy bonita y de buena familia, y ella dice que fuimos nosotros los cartageneros que le impedimos terminar el trabajo como ella tenía que hacerlo”, explicó el entrevistado, y recordó que esas murallas fueron declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco, a mediados de los años 80.

 

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A Basile le dijeron, en la W Radio, si acaso los demás miembros de la junta directiva no sabían de esa supuesta remodelación, y él preguntó “¿qué tenía de escandaloso eso que había que pintarle, meterle unos colores mierda ahí?”.

Pero el periodista Juan Pablo Calvás le comentó que, según las primeras indagaciones, “eso fue decisión de la junta del club”, a lo que Basile respondió con una nueva critica.

“La misma junta que aprobó 300 metros de destrucción de la muralla, no serán los mismos nombres, pero sí de la misma calaña”, resaltó.

Gerente del Club de Pesca reconoce que fue un “error” pintar las murallas en Cartagena

En medio de la polémica que se desató por la modificación, Stevenson habló con El Universal y reconoció que fue un “error” que se cambiara el color de la fachada, pues dijo que esos arreglos estaban contemplados dentro de un “plan de mantenimiento del Club de Pesca”.

Eso sí, la gerente del club descargó toda la responsabilidad en la firma contratista:

El contratista sí la embarró. No utilizó la técnica acordada. Y no tenía la claridad que este tipo de trabajos se tenían que hacer con permisos (del Ministerio de Cultura o el Instituto de Patrimonio de Cartagena) porque se trataba de un mantenimiento y no de una obra de restauración”, afirmó.

Estas son algunas reacciones por lo que Basile califica fue un “desastre”.