Después de que se supiera este miércoles que el embajador de Colombia en Venezuela, Armando Benedetti, está involucrado en el escándalo que sacude hasta los cimientos la Casa de Nariño debido al interrogatorio a que la jefe de gabinete, Laura Sarabia, sometió a la niñera de su hijo por un supuesto robo, en el país ha surgido una suerte de apuesta sobre quién se va a ir primero del Gobierno: Sarabia o Benedetti.

(Le interesa: Laura Sarabia, a dar explicaciones al Congreso por episodio con la exniñera de su hijo)

La polla ha sido animada por las trayectorias de los dos altos funcionarios y por lo que representan para el presidente. Benedetti lo acompañó desde la campaña y se convirtió en su sombra después de que Petro depositara en él toda su confianza, al punto de que le entregó la tarea del restablecimiento de las relaciones con Venezuela. Sarabia también es clave para el mandatario y ha escalado hasta llegar a ser catalogada como el poder detrás del poder. Es la mano derecha de Petro.

La puja por Sarabia y Bendetti también se da porque en el interior del petrismo se vienen alinderando dos vertientes: la que respalda a Sarabia, especialmente desde el mismo Gobierno, y quienes piden su salida para que no afecte al Ejecutivo. Pero otra línea de opinión, más centrada, es la que advierte que así salga uno o los dos funcionarios, hay temas de fondo por los que aún debe responder el Gobierno.

El representante a la Cámara Heráclito Landines, del Pacto Histórico, aseguró que los dos funcionarios “deberían tomar una decisión más temprano que tarde con respecto a no afectar al Gobierno Nacional y no afectar al presidente Gustavo Petro”. Para el congresista, “en la medida en que este problema continúe o que aumente, va a afectar al Gobierno. Creo que deberían tomar una decisión sabia en beneficio del Gobierno y del presidente Gustavo Petro y retirarse de sus cargos”.

La situación en el interior del Gobierno y las filtraciones a la revista Semana de lo que ha pasado dentro de la administración Petro, e incluso de la campaña como cuando también fueron filtrados los denominados ‘petrovideos’, viene dando para plantear una curiosa disyuntiva. Según Diana Giraldo, de Caracol Radio, después de consultar fuentes cercanas a la política, a la pregunta sobre quién debería irse, si Sanabria o Benedetti, “la respuesta viene siendo que eso depende de quién tiene más videos”.

La decisión la comenzará a tomar este jueves el presidente Petro, después de que se reúna con el embajador Benedetti, que ha sido señalado como el artífice del destape del escándalo provocado por la exniñera de Sarabia, Marelbys Meza Buelvas, que dijo que fue maltratada en un interrogatorio con polígrafo en una diligencia irregular a comienzos de año en la que se pretendió establecer el paradero de una multimillonaria cifra que aún está por determinar.

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El país se está quedando con esa disputa palaciega, comparada por muchos con la trama de intriga y poder que plantea la famosa serie ‘House of Cards’, con dos o tres protagonistas que se roban todas las miradas apasionadas de quienes se deleitan con las historias de amor, odio, confabulaciones y componendas. Pero otras miradas reclaman que ese no debe ser el centro de la discusión.

Gustavo Gómez, director de ‘6 AM Hoy por hoy’, de Caracol Radio, lo plantea así: “[…] Que si alguien como Benedetti hizo el puente, sabía o no sabía, contó o no contó. Ese no es el foco. El foco es jurídico y es tremendamente delicado y compromete la actuación, por un lado, de la funcionaria más importante hoy de la administración de Gustavo Petro y de funcionarios de Presidencia de la República, de servidores públicos, y compromete —además de la presunta extralimitación, el abuso de poder, de la comisión de delitos— explicaciones muy serias de la gran cantidad de dinero que estaba en efectivo en poder de la jefe del gabinete”.

El abogado Hernando Herrera, de la misma emisora, propone tener ese mismo marco de acción para las actuaciones del embajador Benedetti. Según el jurista, al diplomático se le debe preguntar de inmediato quién hizo los traslados aéreos de la exniñera de Sarabia (y de Benedetti), y si fueron conocidos o pagados por un particular “con algún interés específico en cuanto hace a la contratación pública del Estado”.

Pero Herrera subrayó otro elemento aún más grave. “En Colombia toda persona debe denunciar los delitos de cuya comisión tenga conocimiento y que puedan ser investigados por la Fiscalía”. También alertó que Benedetti mencionó que tuvo conocimiento de esas actuaciones [el manejo de dineros de Sanabria, por ejemplo] y entonces habría concurrido eventualmente esa obligación de denuncia”.

Herrera recordó que el Código Penal establece que cuando se trata de delitos de presunto enriquecimiento ilícito, de lavado de activos o de extorsión, entre otros, se convierte ese deber de denuncia en obligatorio. “Ese desconocimiento podría generar un delito autónomo en su contra: la omisión de denuncia”, dijo.

En resumen, más allá del tinglado novelesco que estalló en el Gobierno colombiano, hay graves elementos de los que no puede quitar los ojos la opinión pública.