Este jueves 27 de abril se realizó la inauguración del 56 Festival de la Leyenda Vallenata, y abandonando la tradición, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, no estuvo en el evento. 

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El mandatario prefirió participar en la clausura del sexto encuentro y feria Renovables Latam, en la ciudad de Barranquilla, que liderar la inauguración del Festival.

Atrás quedaron los tiempos en los que presidentes como Álvaro Uribe, Andrés Pastrana, entre otros, eran cercanos a la élite vallenata que dirige la organización del Festival Vallenato. Petro ha sido crítico del vallenato y lo que representa. Por eso, ha preferido “ignorarlo”. 

Acostumbrados a que todo político que llega a la ciudad en los últimos días del mes de abril centre su discurso en la fiesta de la música vallenata más importante de Colombia, muchos se asombraron porque durante la visita del miércoles a Valledupar, el mandatario no hizo alusión al Festival Vallenato. Ni una sola palabra.  Ni negativa ni positiva. Algo inédito.

Gustavo Petro aseguró que la “cultura traqueta” se apoderó del vallenato

Pero esta antagónica relación entre el presidente y el género vallenato, o la élite de la música vallenata, no es nueva. En el 2019, en medio de las marchas que se registraron en el país, el presidente aseguró que la cultura “traqueta” se había apoderado del género.

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La cantante Adriana Lucía a diferencia del canto vallenato que se alejó del campesino y se entregó al traqueto, es la vuelta al cantor, el cantor hace arte porque expresa el alma de su pueblo en un momento de la historia. Esa sensibilidad se llama conciencia social”, escribió Petro en su cuenta de Twitter.

Como era obvio, luego de esta declaración Petro fue señalado como enemigo de la cultura vallenata. Posteriormente trató de explicar lo que, según él, quería decir. “El ataque no es al vallenato como género musical (…) sino a la traquetización de la cultura nacional”. Sin embargo, no logró calmar los ánimos.

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En el 2020 volvió atacar a la élite del género, asegurando que debía dejar de cantarle a los delincuentes.

“Ojalá el canto vallenato deje de lisonjear a los verdugos y vuelva a cantarle a esos campesinos masacrados. Ojalá tierra y cultura vuelvan a abrazarse en ese canto de la Paz”, escribió Petro.

En medio de esta disputa está la política. Petro es un líder de izquierda, mientras la cultura vallenata (especialmente los artistas comerciales) se ha acercado más a la derecha que durante años gobernó Colombia.

Lejos de los que él llama terratenientes, el actual presidente ha gloriado el “vallenato artístico que nació entre los campesinos”. Así lo define. “El vallenato como arte volverá a beber de la fuente campesina de la que nació, mucho más profundo y artístico como enseñó Alejo Durán o Leandro Díaz. O el gran Hernando Marín”, publicó el presidente.

Si no hay un acercamiento entre la élite vallenata y Gustavo Petro, las próximas cuatro ediciones del Festival Vallenato no contarán con la presencia del presidente de la República por primera vez en la historia.

Por Deivis Caro