De acuerdo con la denuncia que Restrepo interpuso ante la Fiscalía, y relata El Espectador por medio del blog Las Igualadas, los hechos sucedieron el pasado 17 de mayo cuando varios trabajadores del periódico salieron tarde y se fueron a tomar unas cervezas.

Pasadas las horas, asegura el blog, algunos de los compañeros ya estaban tomados por lo que la presunta víctima los ayudó a tomar un taxi y, posteriormente, fue al baño del establecimiento. Allá llegó el editor Vásquez, le tocó la puerta y le dijo que ya todos se habían ido y que solo quedaban ellos dos.

Restrepo, relata Las Igualadas, le dijo a Vásquez que no tenía plata para el taxi y él se ofreció a llevarla en su carro hasta un cajero. No obstante, él se habría desviado de la ruta hacía el cajero dizque porque había visto una patrulla y temía que le quitaran el carro.

El editor le dijo a la periodista, según cuenta el medio, que por esa calle salían a la casa de él, donde supuestamente estaba la novia; y le propuso que se quedara en una habitación auxiliar ya que estaba muy tarde. Ella aceptó porque conocía a Vásquez hace años, además de que había trabajado con él en otra sección del periódico.

Diez minutos después de que él la instaló en la habitación y le ofreció cobijas para que se abrigara, dice el blog de El Espectador, Vásquez levantó a Restrepo para que se quitara los zapatos porque le iba a ensuciar los tendidos. Posteriormente, ella se volvió a dormir y se volvió al despertar cuando supuestamente sintió que él le estaba tocando los senos y la vagina.

“Ella estaba en posición fetal. El man [Vásquez] estaba en pelota y le había bajado a ella el pantalón. Además, estaba intentando quitarle el body que ella llevaba puesto, bajarle los calzones y penetrarla”, afirmó el medio.

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La periodista, indica el periódico, se levantó muy asustada, intentó salir del apartamento, pero estaba con seguro. Cuando el editor salió, ella lo amenazó con llamar a la Policía si no le abría y así pudo salir. No obstante, de acuerdo con la denuncia relatada por el diario, él la siguió en su carro hasta un cajero.

Allí había un vigilante por lo que la presunta víctima cree que el editor la dejó de perseguir.

Un mes después de ese supuesto suceso, señala el blog, la periodista denunció al editor ante las autoridades. Asimismo, lo hizo ante El Colombiano, pero, además de preguntarle cómo iba vestida, el periódico, según dice El Espectador, calificó el asunto como un “asunto personal”, y lo que hizo fue cambiar los horarios para que la presunta víctima y su supuesto agresor no coincidieran.

Luego de que el blog relatara este caso, el periódico antioqueño emitió un comunicado, divulgado por Caracol Radio, en el que dice que desde que conocieron el caso, “EL COLOMBIANO activó los protocolos para acompañar a estas personas buscando proteger la integridad y los derechos fundamentales que les asisten”.

Asimismo, dijo reconocer la “gravedad de la situación” y pidió a la Fiscalía dar celeridad a la investigación.