Acostumbrados a padecer cíclicamente las amenazas del dengue, los integrantes de la comunidad indígena de Tagual La Pó, en el municipio de Segovia, enfrentan el actual brote con un particular temor por la cantidad de factores que se juntaron para crear un riesgoso cóctel que los tiene a merced de esta enfermedad tropical que puede causar grandes estragos si no llega la asistencia médica y epidemiológica a tiempo.

De los 470 integrantes de esta comunidad indígena, golpeada como pocas por el conflicto armado, el 10 por ciento ha resultado en los últimos días con diagnóstico de dengue, un pico de contagios que han tenido que afrontar solos en gran medida, pues por cuenta del paro minero que azota a doce municipios del Nordeste y Bajo Cauca, el ingreso y salida del resguardo, que está a tres horas del casco urbano de Segovia, se convirtió en un verdadero infierno, según Édgar Guevara, uno de los voceros del resguardo.

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Con súplicas por parte de la Secretaría de Salud del municipio, los pacientes más graves, entre los que figuran varios menores de edad, lograron salir del resguardo para recibir atención médica. Un carro de bomberos logró ingresar personal de salud para atender en el sitio al restante de los contagiados, pero de acuerdo con Guevara la crisis que enfrentan puede agravarse y poner en riesgo la estabilidad de todo el resguardo en Antioquia.

En Yolombó y Medellín aguardan familias con niños del resguardo que no han podido regresar a Tagual la Pó por los bloqueos del paro. El llamado de Guevara es de total desespero: no tienen insumos médicos, agua potable ni abastecimiento de comida; es el escenario ideal para que el dengue haga estragos.

Hasta hace una semana Antioquia sumaba 594 casos de dengue, 17 de estos graves, siendo el cuarto departamento con más casos de dengue agravado en el país, aunque según el Instituto Nacional de Salud el comportamiento epidemiológico en el departamento era el esperado.

El dengue no es la única preocupación epidemiológica de las autoridades de salud departamentales. Según Amelia Ángel, secretaria de Salud de Segovia, en un solo corregimiento llamado La Cruzada, en la frontera entre Remedios y Segovia, fueron detectados 16 casos de malaria que requirieron remisión inmediata.

Hasta el 25 de febrero pasado, Antioquia ya tenía 734 casos de malaria y era el departamento con la mayor cantidad de municipios con situación de brote y bajo los estados más graves de riesgo: El Bagre, Zaragoza, Apartadó, Cáceres, Segovia y San Pedro de Urabá.

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Según el epidemiólogo Carlos Vallejo, aunque el comportamiento de ambas enfermedades todavía es el esperado, las subregiones del Nordeste, Bajo Cauca y Urabá se enfrentan a un escenario de incertidumbre que puede poner al departamento en estado de alerta.

La escasez de agua que azota a estas subregiones y que se ha visto agravada por la imposibilidad de abastecimiento a causa de los bloqueos puede favorecer la transmisión del dengue y la malaria, pues las personas están racionalizando la poca agua que tienen y esta puede acabar convertida en reservorio.

En las comunidades azotadas piden a la Gobernación de Antioquia redoblar esfuerzos para superar las contingencias sociales que atraviesa el departamento y tienen afectada la movilización en varios municipios para poder llevar capacidad instalada como pruebas PCR y de inmunofluorescencia y medicinas como el artesunato sódico y diclorhidrato de quinina para malaria complicada; y el combo de artemether + lumefantrine en casos no complicados.