
El atentado contra el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, ocurrido el 7 de junio en el barrio Modelia de Bogotá, ha destapado no solo una compleja red criminal, sino también una historia de desarraigo familiar.
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Según se ha conocido, el menor de 14 años señalado como autor material del ataque vivía en un entorno de vulnerabilidad marcado por la ausencia de sus padres: su madre falleció años atrás y su padre, un militar retirado identificado como David Rodríguez, se encuentra fuera de Colombia, desvinculándose por completo de su hijo, recogió El Tiempo.
Y es que, según mencionó el periódico, el padre del menor “ya hizo saber que no quiere saber de él”, por lo que no se conocen declaraciones suyas respecto al hecho en el que se vio involucrado su hijo. De hecho, el diario señaló que el hombre “colgó el teléfono en dos ocasiones” cuando intentaron contactarlo.
¿Qué se sabe del papá del menor que le disparó a Miguel Uribe?
Los diferentes reportes indican que Rodríguez tuvo una vida activa en Bogotá antes de su partida al exterior. Según el periódico mencionado anteriormente, el hombre operaba un taller en el barrio La Estrada y un restaurante, pero luego de la muerte de su esposa comenzó a alejarse de su hijo, quien quedó bajo el cuidado de una tía paterna en el barrio Villas de Alcalá, en Engativá.
Una persona le dijo al diario citado que Rodríguez viajó el 9 de febrero a España, y de allí a Polonia, con la intención de trasladarse a Ucrania, presuntamente para enlistarse como mercenario en el conflicto contra Rusia, buscando aprovechar su experiencia en el Ejército colombiano.
En cuanto al menor, se sabe que tuvo contacto con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y programas como Jóvenes en Paz, de los cuales se desvinculó, evidenciando una personalidad conflictiva y falta de vínculos sociales estables.
¿Qué obligaciones tendría el padre del menor que le disparó a Miguel Uribe?
A pesar de que Rodríguez ha mostrado su intención de desvincularse de su hijo, la legislación colombiana, específicamente la Ley 1098 de 2006 (Código de la Infancia y la Adolescencia), establece que los padres tienen responsabilidades legales ineludibles con sus hijos menores de edad, incluso si estos cometen delitos.
Como progenitor, Rodríguez podría enfrentar consecuencias judiciales por el abandono de sus deberes parentales, especialmente si se demuestra que su ausencia contribuyó a la situación de vulnerabilidad que llevó al menor a involucrarse en actividades criminales.
El ICBF, encargado de proteger los derechos de los menores, ya había intervenido en el caso, otorgando la custodia a una tía paterna debido a problemas previos con Rodríguez, lo que sugiere antecedentes de negligencia.
En Colombia, los padres pueden ser investigados por omisión en el cuidado y protección de sus hijos, lo que incluye garantizar un entorno seguro y supervisión adecuada. Si la Fiscalía determina que el abandono de Rodríguez influyó en el reclutamiento del menor por una red criminal, podría iniciarse un proceso por incumplimiento de deberes parentales, con sanciones que van desde multas hasta la pérdida definitiva de la patria potestad.




Además, el hecho de que el menor haya sido instrumentalizado en un delito grave como la tentativa de homicidio podría derivar en una investigación más amplia sobre las condiciones familiares que facilitaron su vinculación al crimen.
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