Pablo Escobar fue sinónimo de un periodo de violencia y muerte en Colombia, que incluso luego de 27 años de su muerte (2 de diciembre de 1993) todavía hacen eco por lo sanguinario de sus acciones.

Después de ese tiempo todavía surgen versiones e historias alrededor suyo, como una imagen en la que se dijo que estaba junto al senador Gustavo Petro, que solo era un montaje.

Por eso, resulta interesante conocer el lado más débil de un hombre que se convirtió en el más buscado a nivel mundial como el narcotraficante más peligroso de los años 80 y 90.

Ese hombre nacido en Rionegro el primero de diciembre de 1949 fue el cerebro de múltiples atentados terroristas, pero hay uno que se ha convertido en especial objetivo de búsqueda por los usuarios en internet.

El procurador asesinado por Pablo Escobar

El hecho se presentó el 25 de enero de 1988 cuando el cartel de Medellín secuestró al entonces Procurador General de la Nación, Carlos Mauro Hoyos, cuando iba de camino al aeropuerto José María Córdova de Rionegro tras una visita a Medellín.

El autor material de ese asesinato fue  John Jairo Velásquez Vásquez, alias ‘Popeye’, hombre de confianza de Pablo Escobar y quien relató en 2013 cómo llevaron a cabo esa ejecución en entrevista al semanario Voz.

La versión de ‘Popeye’ (que murió el 6 de febrero de 2020) es que el secuestro se hizo porque el narcotraficante quería hacerle un “juicio político por traición a la patria” a Hoyos.

La razón, que en su narración indica el sicario, es que Escobar le pagaba al procurador para que se opusiera a la extradición a Estados Unidos de los colombianos, pero que al funcionario también la DEA le daba dinero para impulsarla.

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Ante el secuestro, el gobierno de Virgilio Barco desplegó todas sus fuerzas para hallar a Hoyos, que fue escondido en una finca cercana a donde estaba en cautiverio también Andrés Pastrana en manos del cartel de Medellín.

Al ver el operativo del Ejército, Escobar ordenó la muerte del procurador como sentencia. ‘Popeye’ superó los cercos militares simulando ser un estudiante y llegó al sitio donde estaba Hoyos, a quien luego de informarle la decisión del narcotraficante le disparó en tres ocasiones y abandonó su cuerpo en una cañada.

De esa muerte, que fue muestra de la crueldad y frialdad de Pablo Escobar, hubo una postal de conmemoración para Carlos Mauro Hoyos en Twitter:

Los tacones de Pablo Escobar

Lejos de esa imagen sanguinaria, la vida personal del narcotraficante es otra de las facetas que con el paso de los años ha ido saliendo a la luz gracias a los relatos de las personas más cercanas a su entorno.

Escobar, que tuvo una casa rosada en Miami de la que ya no queda nada, fue protagonista de múltiples extravagancias que eran el fiel reflejo de su personalidad.

Una de ellas la relató su exesposa, Victoria Eugenia Henao, que se cambió el nombre por el de María Isabel Santos y que ahora se presenta como escritora, conferencista y especialista en coaching ontológico.

La mujer, que vio cómo Escobar presumió un Porsche como piloto, compartió por medio de su cuenta personal de Instagram una anécdota acerca del que fuera el padre de sus dos hijos.

Henao contó que el narcotraficante tenía un complejo tan grande con su  estatura (medía 1,67 metros) que usaba zapatos especiales con tacones ocultos de 4 centímetros de altura que mandó a hacer.

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El apodo que odiaba Pablo Escobar

Mi hermano lo molestaba mucho y lo llamaba ‘banano’. Era el único momento en el que lo veía enojadísimo. Las reinas y las modelos con las que salía, median 20 centímetros más que él”, relató su exesposa, Victoria Eugenia Henao, en una de sus publicaciones.

Esa es apenas una de las múltiples historias de la vida de Pablo Escobar, que incluso construyó un barrio en el centro oriente de Medellín, que volvió a recibir inversión del Estado luego de casi 40 años.