La muerte y desaparición de la pequeña Helena en 2016 sacudió a Colombia, no solo por el horror del crimen, sino porque involucra a una de las familias más prestigiosas del país: los Laserna Jaramillo.

El pasado 5 de octubre, luego de tres años en juicio, un juez condenó a Camilo Fidel Pinzón Gómez a 46 años de prisión por la desaparición forzada de la menor, quien es nieta de Mario Laserna Pinzón, fundador de la Universidad de Los Andes.

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Crimen de la nieta del fundador de U de los Andes: fortuna y posible cómplice

El sujeto, padrastro de la niña, había dicho que Helena murió en Chile, luego de que, presuntamente, la enviaran, junto a Liliana Laserna –madre de la niña– a un centro para tratar su autismo; sin embargo, la Fiscalía comprobó que todo lo dicho por Pinzón era falso y señaló que el objetivo del hombre era quedarse con la fortuna de la familia, ya que la menor era la única heredera.

Liliana tenía ingresos de un apartamento acá en Bogotá que se los daba todos a Camilo; y la venta de otro apartamento que la mamá le dejó para cuidar a la niña. Toda esa plata se la dio a Camilo Fidel, es una fortuna de plata… Liliana le compró cinco carros de lujo, un Jaguar, un Kia Quoris, una Toyota Fortuner, un Volkswagen Beetle y no se los dejaba usar a Liliana que porque ella los dañaba”, se escuchó en la declaración recopilada por El Tiempo.

Justamente, el medio citado reveló la conversación que sostuvo con Pinzón Gómez, quien es prófugo de la justicia y se encuentra escondido en otro país. El condenado le admitió al periódico que su expareja sí adquirió los vehículos mencionados, pero que no recibía dinero en cantidades.

“Los automóviles sí se compraron, pero para pasear a la señora Laserna. Tengo los soportes de lo que estoy diciendo. Esos carros ni siquiera eran de ella, eran fiados. Ella nunca me giró 10.000 dólares, eso no es cierto”, dijo el señalado.

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Asimismo, el condenado le dijo a El Tiempo que la niña estaba con su hermana el día de su muerte, que murió en los brazos de ella, pero no fue producto de un asesinato ni de algún acto de violencia.

“Helena tuvo una atención en el Hospital María Auxiliadora de Mosquera, y a ella [Claudia] se la entregaron. La niña falleció en brazos de ella. Pero en ningún momento fue asesinada ni violentada, ni por parte mía ni por parte de mi hermana”, dijo Pinzón.

Y añadió: “Aquí lo único que hay es un montaje en mi contra. No me han dejado ejercer mi defensa. Estoy mal imputado, defendiéndome desde la clandestinidad. Lo único que hubo fue una omisión de denuncia”.

Cabe recordar que la investigación indica que, luego del testimonio y pruebas entregadas por uno de los mayordomos, se estableció que Helena fue llevada, muerta, a una finca de la familia en Sesquilé (Cundinamarca) y allí fue incinerada.

El medio indicó que la hermana del acusado, Claudia Pinzón, aceptó colaborar con la Fiscalía para esclarecer el caso.