Según esa ONG, 335 personas murieron en esos episodios, que define como ataques donde fallecen tres personas o más en estado de indefensión y a manos de un mismo agresor.

Los dos últimos casos sucedieron el jueves y fueron registrados por Indepaz este viernes, en la víspera de Año Nuevo.

En uno de ellos, tres personas que habían recibido amenazas previamente fueron asesinadas en La Gloria, departamento de Cesar. Uno de ellos era un ciudadano venezolano.

En la masacre número 96 identificada por la organización, un concejal de Guamal, Magdalena, murió junto a dos de sus familiares.

En ningún caso se ha identificado al victimario. En ambas regiones hacen presencia grupos herederos de los paramilitares, además de fracciones del Eln.

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Aunque el proceso de paz firmado en 2016 entre las Farc y el gobierno redujo la tasa de homicidios, estructuras que se disputan el control de amplios territorios siguen generando violencia.

En 2021 Indepaz también registró el asesinato de al menos 48 excombatientes de las Farc que se reintegraron a la vida civil. Para la ONU y varias organizaciones sociales, el asesinato de los exguerrilleros desarmados es uno de los mayores riesgos para la implementación del acuerdo.

Indepaz también registró la muerte de 169 líderes comunitarios, entre ellos ambientalistas, campesinos y representantes de comunidades negras; a manos de diversos autores ilegales.

La ONG atribuye el fenómeno a la falta de implementación completa del Acuerdo de Paz y a débiles políticas del Estado para hacer presencia en los antiguos bastiones de las Farc tras su desarme, a inicios de 2017.

Alianzas entre grupos armados ilegales, narcotraficantes que tienen sus propios ejércitos, bandas criminales y el lavado de activos estarían desangrando el país, agrega.

La ONG internacional Human Rights Watch estimó en octubre que Colombia registraba un número de masacres “similar” al de antes de la firma de la paz.