Será un año desafiante por el clima político que entrará en efervescencia muy temprano y seguirá siendo transversal en casi todo lo que suceda el resto del año.

Con todos los líderes políticos colombiano en campaña, las decisiones del presidente Iván Duque en el ocaso de su mandato serán carta de presentación de unos y objeto de críticas de otros para marcar distancias. Por eso, el papel del saliente mandatario seguirá siendo crucial sin importar los pocos meses que le quedan en la Casa de Nariño.

Marzo será el mes de la primera contienda, con consultas interpartidistas  que servirán para mostrar quiénes están mejor y para qué están de cara a la primera vuelta de mayo, donde también se definirá la composición del Congreso de la República.

Allí, en el capitolio, será donde pueda comenzar a depurarse la corrosiva corrupción que ha sufrido el país los últimos tiempos, pero las soluciones difícilmente llegarán con los mismos protagonistas.

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No obstante, el país afronta una crisis de liderazgos en la que le ha costado hacer un recambio generacional, por lo que será necesario que figuras que han mantenido bajo perfil se distingan dando ejemplo con hechos, y no solo con discusiones que consigan ‘likes’ y muevan sentimientos en redes sociales.

La pandemia y el paro nacional: los retos inmediatos del 2022

Sin ir muy lejos, la emergencia sanitaria seguirá estando presente este año, aunque la pregunta es por cuánto tiempo. Después de que muchos ya pensaran que la pandemia era un tema superado, la aparición de variantes peligrosas del coronavirus causante del COVID-19 a finales del año demostró que la pandemia todavía representa una amenaza potencial, y que incluso podrían revivir los confinamientos y restricciones.

Por eso, consolidar la vacunación tendrá que ser una de las prioridades del Gobierno saliente, sobre todo aplicando dosis de refuerzo y dejando las bases para segundos refuerzos en caso de que la ciencia determine que son necesarios.

Del éxito de ese cometido dependerá también que la reactivación económica sea una realidad o siga siendo un anhelo. Aunque los planes de regreso a la presencialidad parecen seguir en pie, los cierres que ya aplica Europa por la propagación de la cepa ómicron resultan desalentadores y no muchos apostarían a que la normalización seguirá su curso tal como venía.

Un tema muy ligado a esto último será la manera en que el nuevo gobierno el estallido social que ha mantenido a mucha gente en las calles durante el 2021 y que difícilmente quedará satisfecha con más medidas cortoplacistas.

Los primeros meses de Gobierno del nuevo presidente podrían ayudar a paliar la situación o acentuarla, caso en el que el país podría verse peligrosamente sometido a una situación parecida a la de Chile en años anteriores, con protestas de largo aliento, más bloqueos, más violencia entre civiles y Policía e inestabilidad social generalizada.

Imperativo también es tratar de evitar radicalizar la posición del país en la región, por lo que encontrar salidas diplomáticas a la crisis con Venezuela es otra de las necesidades. Este sería un primer paso para que la crisis migratoria también pueda encontrar soluciones, y evitar que la tragedia de una nación se convierta en la de dos países.