A pesar de lograr un gran éxito en su campaña de vacunación contra el coronavirus, con más del 90 % de la población con la pauta completa, y registrar tan solo un puñado de casos diarios, las autoridades de Nueva Zelanda optaron por una estrategia conservadora y cancelaron los tradicionales fuegos artificiales para recibir el 2022.

El visual y colorido espectáculo de pirotecnia en Auckland, la primera gran ciudad en dar la bienvenida al Año Nuevo, por tanto no pudo recibir a las miles de personas que se habían preparado para el evento y que extrañan celebrar de esa manera.

Además, los conciertos de música en directo y otras actividades de entretenimiento también fueron suspendidas con el propósito de disuadir a la gente de celebrar grandes reuniones públicas en las calles de la ciudad y el paseo marítimo.

“Sabemos que esto es una decepción para algunos, pero la prioridad es mantener a salvo a todos, dijo el operador de casinos Skycity, con sede en Auckland, al acordar la cancelación con el ayuntamiento de Auckland y la policía.

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El gobierno de Wellington abandonó en octubre la estrategia de “cero contagios para adoptar un mapa con los colores del semáforo (donde verde es normalidad y rojo donde se han detectado varios focos de infección) en el que, no obstante, no se aplicarán confinamientos estrictos.

Auckland, la ciudad más poblada del país, se encuentra hasta su inicio del 2022 en el nivel rojo, por lo que no se permiten reuniones públicas de gran escala.

A pesar de las cancelación de los actos masivos, si se permitió bajo limitaciones de aforo la celebración en bares y restaurantes del Año Nuevo.

“Esperamos volver a las celebraciones de Nochevieja que los habitantes de Auckland conocen y aman el próximo año, apuntó antes de celebrar el nuevo año Nick Hill, director ejecutivo de Auckland Unlimited, la agencia económica y cultural de la ciudad.