Justo ahora, cuando se han armado largas filas de personas que buscan el pasaporte para emigrar de Colombia, un extranjero le contó a Pulzo cómo el amor lo motivó a mudarse al país para quedarse a vivir.

Esta es la historia de David Gear y su actual esposa, Marcela Vélez, una colombiana de 38 años que fue la razón de este neozelandés, de 42, para recorrer más de 12.000 kilómetros de distancia con el fin de tener un idilio que tiene su sede actual en el Pinar de Suba, en Bogotá.

Ese camino pareció muy corto para un cariño tan grande que lo llevó a casarse con esta ingeniera civil en enero de este año, luego de una relación que superó los retos de la pandemia.

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Gear contó que con Marcela se conocieron en mayo de 2018 a través de amigos en Auckland, cuando estudiaba inglés en la escuela de idiomas ELA en Symonds St. Una salida para ver el última filme de ‘Avengers’, de Marvel, un domingo por la tarde, fue su primera cita. “Muy romántico”, afirmó entre risas el neozelandés que agregó: “Ella luego me dijo que no entendió la mayor parte de la película”.

El flechazo fue veloz y recuerda que se enamoró de la valentía de la colombiana al mudarse a Nueva Zelanda para aprender inglés. “A los dos también nos gusta correr y viajar. Ella es la persona más amable que he conocido. Siempre pone a otras personas en primer lugar, lo que realmente amo”, aseguró.

Si bien el plan era que su entonces novia fuera a Nueva Zelanda a mediados de 2020, la pandemia lo detuvo y por eso se mudó al país en diciembre de ese año.

“Siempre habíamos planeado casarnos en Colombia para que la mamá y la familia de Marcela pudieran asistir. Simplemente había tenido sentido para mí mudarme porque Marcela no podía entrar a Nueva Zelanda. Es la mejor decisión que he tomado”, manifestó.

David y Marcela en su matrimonio/ Cortesía para Pulzo
David y Marcela en su matrimonio/ Cortesía para Pulzo

El hombre reconoció su aprecio hacia los colombianos, a quienes describe como personas amables y acogedoras. Eso sí, aparte del calor humano, hay algo que le ha encantado de Colombia.

“La comida es deliciosa y muy barata. La variedad de frutas aquí es asombrosa. El campo es hermoso y las playas son mucho más grandes que en Nueva Zelanda”, afirmó. Hace una semana viajó por primera vez a Cartagena.

David y Marcela en Cartagena/ Cortesía para Pulzo
David y Marcela en Cartagena/ Cortesía para Pulzo

¿Qué opina el hombre de Nueva Zelanda de Bogotá y de Suba?

Gear trabajaba como redactor publicitario independiente, pero ahora es redactor de contenido a tiempo completo para una empresa estadounidense llamada Globalization Partners. Todo eso, lo hace desde Suba y de su vida en la capital colombiana destaca algo que le gusta.

“Vivo en Bogotá y me gusta la cantidad de parques y espacios verdes que tiene. Todo el mundo parece tener un perro también, por lo que siempre es agradable ver a las adorables mascotas en las calles”, indicó.

Eso sí, no todo es color de rosa y de esta ciudad describió el tráfico vehicular como una locura en comparación con Nueva Zelanda y en particular, de Auckland, donde vivía antes. De ambos sitios, advirtió que tienen un clima muy similar pues es muy cambiante y llueve mucho.

De Colombia, considera que tiene una mejor variedad de restaurantes que su antiguo lugar de residencia, al que espera ir en vacaciones el próximo año cuando se abran las fronteras allí.

David y Marcela en Cartagena/ Cortesía para Pulzo
David y Marcela en Cartagena/ Cortesía para Pulzo

Curiosidades de Colombia para hombre de Nueva Zelanda

Gear explicó que aún está aprendiendo el español y que comprender el idioma se ha complicado para él por el uso de los tapabocas como medida preventiva contra el COVID-19. Aún así, ha encontrado puntos llamativos.

“La gente, especialmente los niños, tienden a mirarme, especialmente cuando hablo. Mis ojos verdes obviamente delatan que no soy colombiano. Pero todos son muy amables conmigo. Siempre se alegran mucho cuando les digo que amo vivir acá”, contó.

Asimismo, reconoció que se ha convertido en un gran admirador de la Selección Colombia de fútbol aunque, entre risas, indicó que por ahora “es muy frustrante apoyarlos”.

El hombre, que en su blog personal incluso hizo un breve manual sobre Colombia para los neozelandeses, aseveró que admira cómo los colombianos pasan mucho tiempo con sus familias y cuidan de sus mayores. Además, remató su relato especificando aquellos términos y cosas que le han resultado curiosas.

“[El uso de la palabra] ‘pola’ para cerveza (risas). El tejo, lo jugué una vez y me encantó. Me gusta como todo el mundo usa el ‘ito’ en las palabras como para decir perrito o cafecito (risas) y papito”, concluyó.

En medio de estas particularidades, David Gear construyó un hogar con su esposa Marcela Vélez, la mujer de la que agradece su paciencia para enseñarle a hablar español y con la que espera disfrutar cada vez más de Colombia, el lugar que convirtió en el escenario de su historia de amor.

Marcela y David en su vida de pareja/ Cortesía para Pulzo
Marcela y David en su vida de pareja/ Cortesía para Pulzo