A través de su trayectoria política, María Fernanda Cabal ha sido una acérrima defensora del uribismo y su partido, el Centro Democrático. Sin embargo, desde que perdió la candidatura a la presidencia, otorgada por el movimiento a Óscar Iván Zuluága, se empezó a notar una tensión entre la senadora y el sector uribista.

La victoria de Zuluága fue anunciada después de que se desarrollara una serie de encuestas internas, pero los resultados de los sondeos, como muestra El Espectador, nunca fueron revelados.

En su momento, y en relación con dicha elección de Zuluaga, la senadora respondió en su cuenta de Twitter: “TODO [sic] debe hacerse público, por respeto a los electores: 1) La muestra  2) Los datos recaudados, incluidas las 3.000 encuestas desechadas. Esto, hasta hoy, no ha sido entregado ni a la auditoría, ni a la veeduría”.

Esta controversia fue solo el comienzo de las críticas de Cabal contra el Centro Democrático y sus integrantes. Uno de los más más criticados por ella es el presidente Iván Duque, a quien se refirió como un “mamerto” y “liberal de izquierda”. Además, estableció que “(su) gobierno nos tiene ad portas de una catástrofe, con ese gordo marica viajando por el mundo con 150 personas de comitiva”, tal como reveló recientemente el portal Cuestión Pública.

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En esta misma línea, Juan José Lafaurie, hijo de la senadora, trinó sobre ese mismo tema: “Es la hora de la derecha, una nueva derecha, que imprescindiblemente tiene que ser sin Uribe”. Esto desató una pelea con la senadora del Centro Democrático, Paloma Valencia, quien saltó a la defensa del exmandatario.

Sobre las actuaciones de su hijo, que renunció hace poco del partido Conservador,  Cabal expresó a La W que “él está bueno para que cree su propio movimiento como estilo libertario en ese sentido, pero ni va a estar en el Conservador, al que me parece bien que haya renunciado, ni va a entrar al Centro Democrático”.

Declaraciones como esta, sumadas a los pronunciamientos de la senadora sobre el presidente Duque y su movimiento político, han llevado a que surja el interrogante sobre si Cabal seguirá en el Centro Democrático y cuál sería su plan ahora.

Una primera hipótesis es que la senadora podría crear su propio movimiento político. Sin embargo, teniendo en cuenta que fue elegida haciendo parte del partido que tanto critica, estaría incurriendo en doble militancia.

Ante esto. Cabal podría esperar a terminar su periodo, pero también, como explica El Tiempo, existe la posibilidad de que acuda a la figura de la escisión, la cual dividiría su partido. Esto le abriría la puerta para dirigir una de las facciones que se formen.