Las elecciones regionales están prácticamente a la vuelta de la esquina, en octubre, y todos los partidos políticos trabajan febrilmente para tratar de recomponer las fuerzas políticas en el país, sobre todo después del triunfo, por primera vez en la historia de Colombia, de la izquierda en los comicios presidenciales que llevaron a Gustavo Petro y su Pacto Histórico a la Casa de Nariño.

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Una de esas colectividades políticas, por supuesto, es el Centro Democrático, a cuyas filas pertenece el expresidente Iván Duque, que tuvo que entregarle las llaves de la casa de gobierno a Petro. Para muchos, que la izquierda hubiera llegado tan lejos es, en general, un fracaso para los partidos de derecha como el uribismo, y, en particular, para Duque, a quien sectores de su propio partido lo señalan de haber allanado el camino para el arribo de Petro.

Entre las figuras más conspicuas y beligerantes del uribismo está la senadora María Fernanda Cabal, que, en las últimas horas, estuvo de correría por Armenia. En la capital del Quindío se le fue encima a Duque y también opinó de Petro, a quien, por primera vez, agradeció.

Para ella, el expresidente Duque acabó con el Centro Democrático, en especial para las elecciones regionales de octubre de este año. “Recomponer el partido, volver a recoger esas bases que se nos fueron y organizar candidaturas a alcaldía, gobernación, concejo y asamblea”, dijo al respecto en un audio difundido por Caracol Radio.

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“El gobierno Duque fue adverso absoluto a la mayoría de su bancada, a la que desatendió, a la que no ayudó, y, peor aún: presentó proyectos de ley más afines con los enemigos políticos que con el legado del Centro Democrático”, agregó la senadora.

Pero después soltó la perla que llamó la atención. “[La campaña] No es fácil, pero Petro nos está haciendo la campaña, por su improvisación, por su desgreño, por su desorden”.

Y, de alguna manera, la última semana de Petro, por los escándalos que enfrentan su hijo y su hermano, y por decisiones del Consejo de Estado, así como por lo que pasó en Caquetá, parecen darle la razón a Cabal.

“La gente en Colombia es de espíritu conservador”, agregó la senadora. “No significa que sean godos ni ultrarreligiosos. No. Le gusta cuidar su familia, tener su casa. Hay que apelar a lo normal para volver a recoger este país”.