El general Manuel Antonio Vásquez entregó los detalles a El Tiempo y relató otros hechos puntuales que no se conocían del caso. En especial, del hombre que fue clave en resolver el caso pues fue la persona contratada por Juan Guillermo Valderrama para incinerar el cuerpo y quien llevó a las autoridades a los lugares donde habían sido abandonados los restos.

Para empezar, dijo que el proceso con dicho testigo no fue fácil porque pese a que esta persona se acercó a las autoridades, por presión de sus familiares, no se sentía preparado para colaborar en la investigación.

Ilse Amory Ojeda  y Juan Guillermo Valderrama

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Sin embargo, explicó el oficial al diario, los investigadores se ganaron su confianza y le tuvieron toda la paciencia necesaria para que este hombre entregara los indicios correctos. Además, le dieron la tranquilidad de que las autoridades tenían claro que él no era responsable.

El general Vásquez relató que desayunaron con el testigo, le ofrecían tinto o agua, hacían pausas activas en los recorridos y lo ponían a observar la naturaleza para que él fuera recordando. Incluso le ofrecieron un helicóptero para que distinguiera mejor la zona.

En medio de esos recorridos, la policía pudo saber “dónde se adquirió la gasolina, dónde se adquirió la leña, por dónde cruzó [Valderrama]”.

Poco a poco, reseña el oficial, el testigo se fue orientando y recordando hasta que llegaron al lugar al que “lo llevaron contratado para incinerar un animal, una vaca; a la finca del padre del victimario. El muchacho quedó con algunas dudas, colocó la leña, inició el fuego pero pensó en que no era una vaca porque el cuerpo estaba cubierto con vegetación”.

El relato del uniformado da a entender que el cuerpo de la víctima fue incinerado en ese lugar e incluso la declaración juramentada del testigo a la Fiscalía, revelada por Cuatro Caminos, también da entender eso: “Esta persona [Valderrama] me dijo: ‘Es que yo tengo una vaca para quemar en la finca, le ofrezco 50.000 pesos’. Yo le dije: ‘De una’”.

Sin embargo, más adelante detalla que en realidad el testigo hizo un recorrido con Valderrama para comprar la leña y la gasolina en el vehículo del victimario y fueron hasta el municipio de Rionegro a prender fuego a la supuesta vaca, mismo lugar donde fueron hallados los restos óseos:

“El arrume estaba en la parte baja del abismo; después de que yo le eché la leña, le eché la gasolina que llevamos. Cojo un palo, el cual fue el que prendí, y se lo tiré al arrume; ese arrume botó una llamarada. El muchacho cuando íbamos bajando la ladera se quedó a mitad de camino y luego cuando observó, me dijo: ‘Mire que todo se queme bien’”.

Este joven “salió con esa duda [de que no era una vaca], se fue con ese desespero, pero se regresó con el dinero que le habían prometido”, puntualizó el oficial a El Tiempo.

Juan Valderrama Amezquita

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El general Vásquez le dijo al diario que, como esperaban, cuando finalmente llegaron al punto no entraron una vaca sino unos restos óseos humanos y que en ese momento se facilitó la identificación porque cruzaron la información que encontraron con la de la historia médica de la mujer que les habían enviado desde Chile: una platina en uno de sus brazos y tornillos en una rodilla.

Además, encontraron un anillo y un zapato que pudieron identificar porque Ojeda los vestía en fotos que tenían de ella. En especial, una fotografía que la víctima tomó el 31 de marzo sobre el mediodía de sus zapatos, no se sabe si “accidental o intencionalmente queriendo dejar una evidencia en ese momento cuando las cosas se complicaban y tal vez advertía que iba a generarse un hecho en su contra”, agregó el uniformado.

Ese zapato, además de reconocerse en fotografías también había sido fabricado en Chile. Todos esos detalles llevaron a los investigadores a tener la certeza de que ese era el cuerpo de la mujer desaparecida.

Juan Valderrama y Becky Evans

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El policía también contó que así este hombre no se hubiese atrevido a acercarse a las autoridades a contar todos estos detalles, ellas habían llegado a él porque ya sabían sobre ese acompañante que había tenido Valderrama y hoy en día estaría vinculado como procesado y no como colaborador.

Según el general, tienen las imágenes de los cruces que hizo el vehículo de Valderrama en el peaje entre Bucaramanga y Rionegro ese domingo 31 de marzo. Dijo que “hacia las 11:40 de la mañana había cruzado con la victima pero casi a la hora regresó solo. En la siguiente hora pasa con un hombre”. Sin embargo, el policía sí confesó que “hubiese sido difícil llegar a ese sitio [donde estaban los restos] sin él”.

En otros detalles que contó el oficial, dijo que las inspecciones a la vivienda y al vehículo de Valderrama ayudaron mucho porque en un principio él no lo autorizó voluntariamente, pero cuando pudieron revisar el carro, allí encontraron el celular de la víctima:

Juan Guillermo Valderrama e Ilse Amory Ojeda

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“El celular fue al laboratorio, se analizó, se interpretó mucha información. Se encontraron videos y grabaciones y él se negó a facilitar su celular y es cuando la Fiscalía empieza a respaldar con decisiones como la incautación de ese celular”.

Ese móvil también les ayudó a trazar la ruta de los lugares que frecuentaron y que también arrojaron “unas zonas bien difíciles de recorrer tratando de encontrarla a ella o el cuerpo”, como infortunamente sucedió.

Nota del editor: El título inicial de este artículo aseguraba que el cuerpo de la chilena fue incinerado en la finca del padre del presunto victimario, pues la declaración del oficial aquí citada así lo deja ver. Sin embargo, luego de los detalles conocidos dos días después de la publicación de este artículo, también mencionados en la nueva versión, se comprobó que el cuerpo en realidad fue quemado en el lugar donde se encontraron los restos.

En video, todos los detalles del caso de la desaparición y muerte de Ilse Amory Ojeda: