El presidente electo Gustavo Petro anunció que Susana Muhamad, quien trabajó con el como secretaria de Ambiente cuando fue alcalde de Bogotá, se convertirá en la próxima ministra de Ambiente.

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A diferencia de sus antecesores, Muhamad, quien estudió Ciencia Política en la Universidad de los Andes y es magíster en Gestión y Planeación del Desarrollo Sostenible de la Universidad de Stellenbosch de Suráfrica, sí ha trabajado de cerca al sector ambiental desde antes, razón por la que las primeras reacciones ante su designación han sido positivas.

Sin embargo, esto no quiere decir que los retos que le quedan por delante no serán enormes. Primero, porque el discurso ambiental fue uno de los que más impulsó a Petro durante las elecciones.

Y segundo, porque el gobierno saliente de Duque dejó varios pendientes en esta materia. Como lo señala Santiago Aldana, consultor de asuntos socioclimáticos, la “deuda socioambiental que deja el actual gobierno es grandísima. En política pública no sirve construirla y venderla a nivel internacional si no se construye conjuntamente, desde las bases”.

Aunque por una primera entrevista que Muhamad dio a Blu Radio se sabe que les dará reversa a algunos puntos claves, al señalar que terminará con la idea de hacer “fracking”, no se retomará la aspersión con glifosato y que se priorizará la protección de líderes ambientales, lo cierto es que hay proyectos en curso, otros en remojo y otros pendientes que la nueva ministra de Ambiente deberá liderar.

Cambio climático: implementar los compromisos

Uno de los puntos claves es el de cambio climático, en el que hay buenas expectativas. Durante la alcaldía de Petro, Muhamad lideró el desarrollo del Plan de Cambio Climático de Bogotá y, durante 2020, como concejal, fue una de las autoras del proyecto que declaró la emergencia climática en la ciudad. Ambas señales, según los expertos, de que el gobierno sí priorizará este tema. De hecho, recuerda Juan José Guzmán Ayala, economista y activista climático, Muhamad tendrá el reto de implementar los compromisos climáticos que Colombia adquirió ante la ONU -conocidos como NDC-.

En 2020, el gobierno Duque, junto con el ministro de Ambiente, Carlos Correa, anunció cuál sería este ambicioso compromiso: reducir el 51 % de las emisiones de gases de efecto invernadero para el año 2030. O, si se quiere dar una cifra más compleja, el país podrá emitir máximo 169.44 millones toneladas de CO2 equivalente para ese año. Para lograrlo, según la ruta que dejó el actual Ministerio, se deben seguir 148 medidas: 32 que deberán liderar los ministerios, 89 a cargo de entidades territoriales, 24 en manos de empresas y tres específicas sobre reducción de carbono negro. Además, se plantean 30 medidas de adaptación que, en otras palabras, quiere decir cómo Colombia se va a planear teniendo en cuenta los impactos de cambio climático.

Y aunque en el papel estos compromisos ya están listos -e incluso atados a una ley-, ejecutarlos tiene dos grandes desafíos. El primero, aclara Juan Pablo Ruiz Soto, economista y consultor del PNUD, es el económico. “La próxima ministra enfrentará dificultades por la necesidad de recursos financieros para atender todas estas tareas”, comenta.

El segundo desafío, además, es la deforestación. A pesar de que, según la NDC, la tasa de deforestación debe disminuir a 50.000 ha/año en 2030, para cumplir con los compromisos climáticos -ya que representan alrededor del 30 % de las emisiones de Colombia-, los últimos gobiernos no han logrado disminuir esta tasa o incluso mantenerla constante. Es más, durante 2020, la última cifra publicada por el Ideam, la deforestación fue de 171.685 hectáreas, 8 % mayor que en 2019. Y de nuevo se concentró en el Amazonas.

Ante esto, agrega Juan José Guzmán Ayala, economista y activista climático, será clave que la nueva ministra empuje la implementación de dos documentos: el Conpes 4021 (Política Nacional para Control de Deforestación) y el Conpes 4088 (Inversión en Sector Ambiente).

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Finalmente, un tema que deberá rescatar Muhamad en cuanto al cambio climático, y en el que “se colgó” el actual Ministerio de Ambiente, es en el de la reglamentación de los mercados obligatorios de bonos carbono: un tema del que habló Petro en su propuesta. A pesar de que durante el gobierno Santos se expidió la Ley de Cambio Climático (Ley 1931 de 2018), un documento que, entre muchas otras cosas, exigía que el mercado obligatorio de carbono se regulara en tres años, a la fecha no ha sucedido. En meses pasados el Ministerio de Ambiente le explicó a El Espectador que era un proceso que tomaba bastante tiempo y que, esperan, ese mercado se ponga en marcha entre el 2023 y 2025.

Garantizar los recursos para el 30% de las áreas protegidas

Una de las banderas de Duque fue señalar que lograría proteger el 30% de las áreas marítimas y terrestres de Colombia en este 2022, antes de dejar el Gobierno. Aunque se trata de una meta mundial que debería lograrse para 2030, el actual gobierno decidió adelantarse, dejando dudas sobre qué recursos se destinarán para su protección y bajo qué modelos de conservación se protegerán. (Le sugerimos: Duque promete declarar el 30% del territorio como área protegida para 2022)

En este punto, entonces, Muhamad tendrá que traer su experiencia local con Bogotá. Por ejemplo, uno de los temas que le genera confianza a Clara Solano, directora de la Fundación Natura, es lo que hizo con estas áreas en Bogotá. Junto a la Fundación, señala, se trabajó “en el fortalecimiento del manejo de los humedales de Bogotá, con un gran avance a pesar del tema de la ocupación y de basuras”. Además, comenta, trabajó “en la activación del plan de restauración de zonas críticas alrededor y dentro de Bogotá”. Esto, sin ignorar los retos. “Deberá sacar adelante temas presupuestales y poner a los Parques Nacionales Naturales y las áreas protegidas en la agenda”.

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Hipopótamos invasores, un tema aún sin muchas señales

Un tema que se le ha vuelto espinoso a todos los ministerios de Ambiente es el de los hipopótamos de Pablo Escobar, especie que se introdujo a Colombia en los 80, pero que se ha reproducido tanto, hasta convertirse en una amenaza para el equilibrio ecosistémico del Magdalena. De hecho, se estima que actualmente hay alrededor de 130 recorriendo estas áreas.

El actual Ministerio de Ambiente logró un avance grande y algo que habían pedido varios científicos por años: declararlos, finalmente, una especie invasora. Esto, finalmente, permitirá darle un manejo estratégico a la situación, lo que puede incluir la posibilidad de sacrificar a varios individuos para controlar a esta especie y lograr proteger no solo a especies nativas, como el chigüiro y el manatí, sino al ecosistema en sí. (Le sugerimos: Es oficial: el hipopótamo fue declarado como especie invasora en Colombia)

Aunque Muhamed no se ha pronunciado al respecto, dentro de la comunidad de biólogos y ecólogos sí ha existido mucha expectativa sobre la postura que tomará el Ministerio de Ambiente de Petro, ya que animalistas como Andrea Padilla, quien se opone al sacrificio de cualquier hipopótamo, se sumó a la campaña del Pacto Histórico durante la campaña del electo presidente. La duda gira alrededor sobre qué línea de manejo elegirá el próximo gobierno.

Alienarse con otros ministerios

Un tema en el que concuerdan los expertos, es que la próxima ministra de Ambiente deberá lograr una conversación estratégica con los líderes de los próximos gabinetes. Por ejemplo, estar alineada con la próxima Ministra de Agricultura, Cecilia López, para evitar la expansión de la frontera agrícola, y con quien lidere el Ministerio de Minas, para lograr una verdadera transición energética, incluyendo un salida de los combustibles fósiles progresiva y justa.

“El país tiene grandes desafíos y compromisos para los cuales será fundamental que logre un trabajo transversal de la mano con otras carteras, especialmente energía, agricultura y hacienda”, explicó Isabel Cavelier, cofundadora de Transforma. Una idea similar a la que expresó la organización Camino Hacia Carbono Neutralidad. “Susana Muhamad se ha destacado por apoyar la transición de la economía colombiana a un modelo libre de combustibles fósiles, el ordenamiento del territorio en torno a los espacios del agua, así como iniciativas que promueven la importancia que tenemos como especie de conectarnos de nuevo con la naturaleza. Estos elementos, que han sido base de su carrera política, son esenciales en el proceso de descarbonización que adelanta Colombia, que pese a ser un país que aporta menos del 1% de emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global, se encuentra en el listado de los países más vulnerables a los efectos de la crisis climática”.

De hecho, vale recordar que otros de los documentos que dejó Duque en la mesa, y que deberá ser una hoja de ruta que se mejorare y afine con los años, es la Estrategia 2050, que busca que Colombia sea carbono neutro para ese año. (Lea acá: Colombia presentó su plan para ser carbono neutro a 2050 (pero con pocos detalles)