El muchacho llegó allí con una grave infección y con los tejidos del brazo muertos.

Este medio visitó a Johan en la casa de un familiar, situada en el barrio Versalles de La Musical, donde deberá pasar un buen tiempo tal vez hasta que se recupere totalmente y le instalen la prótesis.

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El 28 de diciembre de 2022, el muchacho que es muy conocido en La Dorada porque vende dulces los fines de semana en bares y discotecas, quería sacarle jugo a la subienda y pescar un dinerito para pasar un feliz Año Nuevo.

Sin embargo, sufrió un delicado accidente que le cambió la vida: “Era como la 1 de la madrugada. Yo estaba encima de un trincho y caí de una altura de cuatro metros. Me fracturé el brazo, el canguro, donde tenía los documentos cayó al río. Quedé indocumentado”, dijo.

Explicó que inmediatamente unos amigos lo trasladaron a urgencias del hospital San Félix, donde el médico de turno tomó la decisión de enyesar el brazo.

“Al día siguiente me tomaron una radiografía y el ortopedista me informó que tenía el radio fracturado y que debían operarme”.

No obstante, como hacía un año Johan no tenía EPS y además la cédula se le había perdido, le informaron que no lo podían ingresar al quirófano, que debía esperar a que lo afiliaran a una Empresa Promotora de Salud.

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“Era 29 de diciembre y me dijeron que me tocaba esperar que pasara el Año Nuevo”, señaló.

Los días pasaron y el dolor en el brazo aumentaba cada día. Según el testimonio, ni la morfina lo calmaba.

El martes 2 de enero, Johan ya tenía fiebre, pero los “médicos pasaban y decían que era normal”.

El jueves 4 de enero, cuando completaba una semana en el hospital, “el ortopedista me dijo que ya habían llegado los platinos, que ya me podían operar”.

Cuando el especialista le quitó la férula, Johan tenía el brazo literalmente “putrefacto”.

Qué le hicieron los médicos

“El brazo estaba terrible y lo que hicieron los médicos fue lavarlo, me quitaron toda la piel, y lo volvieron a tapar con mucha gasa y vendas. Sentía tanto dolor que aunque no me habían dado la noticia de la amputación, sentía que si me quitaban el brazo iba a descansar. Decían que debía esperar dos días. Ellos pensaban ponerme el platino así”.

“Obvio que hubo negligencia”

“El médico que recibió a mi hermano en la Clínica Avidanti de Ibagué, no podía creer lo que estaba viendo. Él grabó todo lo que le dijeron los auxiliares del hospital San Félix que trajeron a mi hermano. Les pidió que leyeran la historia clínica. Todo quedó grabado. El mal olor que tenía el brazo era tan fuerte que llegaba a las otras habitaciones. Él permanecía oliendo alcohol porque el mal olor lo mareaba”, señaló Carlos Andrés Ricardo Cruz, hermano de Johan.

Y agregó: “Los médicos de la Avidanti nos explicaron que fue total negligencia de los médicos de La Dorada. Debieron trasladarlo pronto a un centro médico de mayor nivel”.

Como un ángel, ese día llegó un médico que Johan no había visto antes. Él le quitó todo el vendaje, se puso a llorar y gestionó de manera inmediata el traslado para un centro médico de mayor nivel. El viernes 5 de enero, Johan volvió a su tierra, donde vive gran parte de la familia. En la Clínica Avidanti le hicieron la amputación del brazo y le salvaron la vida.

“Los médicos de acá (Ibagué) me dijeron: usted dura otros dos días más así y se muere. Ya no hay tiempo de pensar en el brazo, nos vamos a enfocar en salvarle la vida. Duré varios días con antibióticos, de los más fuertes, a chorro”, puntualizó.

DATOS: 33 años tiene el joven. Se dedicaba a vender dulces, 30 kilos bajó el paciente en tres semanas. La infección alcanzó a llegar a la sangre.