Ante las preocupaciones expuestas por Rodrigo Londoño (también conocido como ‘Timochenko’) debido a un posible referendo, impulsado por el exsenador Álvaro Uribe Vélez, Santos le respondió que no hay nada de qué preocuparse y que la verdad es “fundamental” para mantener la JEP.

“Ni los acuerdos ni la JEP son derogables. Es un imposible categórico, jurídico y político. Como le dije al papa Francisco al final de su visita: ‘A la palomita de la paz hay que dejarla volar sola porque por fortuna quedó blindada’. Ningún decreto, ninguna ley, ninguna reforma constitucional, ni siquiera un referendo, los puede echar para atrás”, afirmó en una carta pública.

Juan Manuel Santos, de igual manera, puntualizó que los acuerdos de paz actualmente hacen parte de la Constitución Política de Colombia y su implementación debe llevarse a cabo obligatoriamente durante los próximos dos gobiernos.

Aunque transmitió un mensaje de unión y calma, el expresidente reiteró que es muy importante que los excombatientes de las Farc y todos los participantes en el conflicto armado cuenten la verdad, ya que es la única forma de conseguir una “verdadera reconciliación”.

“Aplaudo que reitere su compromiso conmigo, pero lo más importante es reconocer las responsabilidades y decir la verdad, una que debe ser plena y comprobable. La verdad es un pilar fundamental de la justicia transicional. La JEP hace parte de un sistema que se basa precisamente en esta”, agregó.

El exmandatario, por último, aseguró que los cuestionamientos a la JEP continuaran debido a que eso hace parte de una estrategia política electoral. “Para los detractores nunca habrá suficiente justicia ni suficiente reparación. Por fortuna, la gente se está dando cuenta de que es mejor la paz que la guerra”, concluyó.

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Hace dos semanas, el exsenador hizo público el documento para discutirlo con el Centro Democrático y demás partidos. Inicialmente, Uribe habla de crear una o dos altas cortes, “que no tendrían funciones electorales respecto de las otras ramas del poder”.

El expresidente, además, propone un tribunal de aforados “para crear independencia en el juzgamiento de los congresistas y de los magistrados”, y una comisión de 30 miembros que implementen el referendo. Asimismo, considera la idea de acabar con la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) o, en su defecto, reformarla “de fondo”.