Organi es una vereda del corregimiento de El Aro, Ituango, Norte antioqueño, donde los campesinos han denunciado la presencia de otro felino adulto, el cual, según José Leonel García, ha matado dos de sus novillas y se ha acercado hasta a 200 metros de su casa, donde él, su esposa y tres hijas, viven desde que tienen memoria.
José Leonel es un campesino cultivador de maíz, yuca, café y plátano, quien además poseía 17 bovinos, hasta la aparición del felino, que podría tratarse de un jaguar adulto, igual al que fue asesinado por labriegos, hace unos dos meses, en el corregimiento de Santa Rita, muy cercano a Organi.
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En el caso de Santa Rita, los campesinos también tomaron fotos e hicieron videos para alertar a las autoridades ambientales sobre la presencia del felino, que en cosa de cuatro meses habría matado 26 bovinos.
Cansados del asecho, y ante la poca acción de las autoridades, tomaron justicia por propia mano, evento que fue grabado en video y que causó una polémica nacional, pues el jaguar es un hermoso y poderoso animal en vía de extinción.
Ayer martes, en horas de la tarde, José Leonel García llegó a la cabecera municipal de Ituango, después de seis horas de viaje, tres en mula y tres más en chiva, para comentarles a las autoridades de la presencia del felino en cercanías de su finca. El hombre, que logró formar ese hato de vacas con los ahorros de toda la vida, pretende con su denuncia la rápida actuación de las autoridades con el fin de que se salve el felino y, de paso, no quedar en la quiebra.
“Yo trabajo para ver por mi familia, y mi esposa y mis hijas me ayudan. Tenemos dos mulitas para entrar los alimentos y demás cosas, porque allá no hay entrada de vehículos. El felino me mató dos novillas, una de seis meses y otra de tres años y que estaba preñada. La primera fue en abril y la otra hace poco, a finales de mayo”, cuenta el hombre, quien pide ayuda angustiosamente, pues asegura que lo que tiene es para sus hijas y lo ha conseguido con mucho esfuerzo.
La última vez que encontró pistas de la presencia del felino fue hace apenas ocho días, a 200 metros de la casa. El hombre tomó fotos e hizo videos de sus vacas muertas, y les pide a las autoridades que tomen acciones rápidas y eficientes para no tener que sacrificar al felino.
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“A mí no me gusta que se maten a esos animalitos, pero tampoco quiero que me hagan un daño, porque yo trabajo es para mis hijas, para dejarles algo cuando yo falte”, se queja el cultivador.
Según las cuentas de los habitantes de Ituango (Antioquia), este sería el cuarto felino adulto avistado en la zona rural del municipio, cuyo 54 % de territorio hace parte de la zona protegida del Nudo de Paramillo, en la frontera con el departamento de Córdoba.
Dos de esos felinos, según la Policía, ya habrían sido asesinados y los otros dos siguen rondando, sin territorio y sin presas, y enfrentados a una posible muerte a manos de los campesinos, quienes lo único que pretenden es proteger su patrimonio y a sus familias.
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