En días recientes, la Arquidiócesis de Bogotá, a través de su órgano informativo ‘El Catolicismo’, expresó su alarma por el creciente clima de violencia y polarización que vive Colombia.
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El pronunciamiento se da en medio de la conmoción nacional suscitada después del atentado contra el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe, incidente que según el editorial refleja el deterioro del discurso y la convivencia en el país.
El editorial, firmado por Monseñor Rafael De Brigard, señala que la sociedad colombiana ha sido objeto, especialmente en los últimos años, de una persistente siembra de odio y agresión. Según la Iglesia, lo que antes era exclusivo de las agrupaciones violentas ha migrado hacia el lenguaje de los ciudadanos, los actores políticos y los medios.
Esta normalización de expresiones hostiles estaría causando un ambiente cada vez más tenso, cuyas repercusiones ya se evidencian en hechos violentos recientes.
Según la Arquidiócesis de Bogotá, las reacciones después el atentado contra Miguel Uribe reflejan una falta de coherencia en quienes se proclaman defensores de la vida, al tiempo que contribuyen a la hostilidad con discursos divisivos.
El editorial advierte que el país experimenta en estos momentos una fuerte tensión social, incentivada por aviones que buscan sembrar el miedo, interrumpir la vida cotidiana y fomentar el resentimiento. Una de las principales preocupaciones planteadas gira en torno a la protección de la ciudadanía.
La Iglesia advierte que únicamente el Estado y sus representantes pueden garantizar la seguridad y los derechos fundamentales de la población. Sin embargo, perciben que en la actualidad esas garantías no se están cumpliendo.
“Solo Dios sabe en qué pueda terminar esta cadena de actos infames que, sin duda, quieren generar caos en aras de un objetivo posterior. La sociedad colombiana está acercándose a sus límites de tolerancia, que si se rompen pueden desembocar hasta en una guerra civil“, asegura la Arquiócesis.
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Según el pronunciamiento, la gente observa con temor y desasosiego cómo la administración pública parece debilitada, y cómo los delincuentes actúan con impunidad y disfrutan de privilegios sin precedentes. Además, la Iglesia Católica resalta el deterioro de la confianza ciudadana en las fuerzas militares y policiales, quienes ya no transmiten la sensación de ser las principales garantías del orden y la vida cotidiana.
Este vacío institucional estaría impulsando respuestas de justicia por cuenta propia y promoviendo la migración de miles de colombianos que huyen de la violencia y la inseguridad. A pesar de este panorama preocupante, ‘El Catolicismo’ reiteró el llamado a la paz y la unidad nacional.
Desde la Iglesia se subraya la necesidad de que los ciudadanos asuman un papel activo en la construcción de la reconciliación y el respeto, evitando caer en las dinámicas del odio.
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Lamentan, además, la escasez de líderes positivos que motivan a la gente a trabajar por estos objetivos y exhortan a que la ciudadanía apoye a quienes estén dispuestos a construir un discurso enfocado en la unidad el progreso y la justicia.
Este pronunciamiento se suma a los llamados de diversos sectores que insisten en el fortalecimiento institucional, la defensa de la vida y la promoción de un diálogo que priorice el respeto y la paz en Colombia.
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