Se trataría de Jackson Enrique Arriaga Parra, venezolano oriundo de Los Teques, en el estado Miranda, que vivía con su madre en Las Virtudes, municipio Tulio Febres Cordero, de donde se trasladó a Colombia para buscar trabajo, informó RCN Radio.

El joven tendría una hija de 3 años y supuestamente trabajaba como raspachín de coca junto al otro niño asesinado en Tibú, con el que habría decidido abandonar esa actividad.

Con esa información coincide La Opinión, medio que también añade que la familia del joven estaría pidiendo ayuda para poder repatriar el cuerpo y darle sepultura apropiada.

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Aunque este martes se dijo que la comunidad había defendido a los muchachos para evitar que los agredieran mientras la Policía llegaba a llevárselos, cosa que no sucedió, ese diario indica que les habían colgado carteles en el cuello que decían ‘ladrón’, y los iban a pasear por las calles antes de entregarlos.

Sin embargo, no habrían alcanzado a salir con ellos, pues los que llegaron fueron los hombres que luego los asesinaron.