Después de varios años y de arduas investigaciones, la Fiscalía llegó a la conclusión de que tres médicos y una enfermera, eran responsables de la muerte de un paciente que ingresó con dengue grave, enfermedad que está disparada en el último tiempo, quien no recibió la atención médica necesaria ni el diagnóstico apropiado para tratar su enfermedad de manera eficaz.

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Anderson Valencia Piñeros falleció a causa de un edema pulmonar como reacción a una transfusión de sangre asociada a un dengue grave. La víctima consultó por urgencias, situación ante la cual, según el ente investigador, se presentó negligencia médica en la atención.

Para la Fiscalía, los profesionales no dedicaron el tiempo necesario y suficiente para realizar una evaluación adecuada según las condiciones del paciente quien requería un manejo oportuno y diligente. La imputación fue hecha a los médicos Hamilton Alonso Calderón Téllez, Andry Julieth Osorio Ariza y la enfermera Jalime Góngora Varón, quienes atendieron a Valencia Piñeros, en diferentes momentos entre el 7 y el 9 de enero en dos centros asistenciales de la ciudad.

El 7 de enero, la víctima de 20 años de edad acudió por urgencias a la Unidad de Salud de Ibagué, por un cuadro de síntomas asociados al dengue como diarrea, desaliento, dolor ocular, dolor de cabeza, fiebre, taquicardia, deshidratación leve, entre otros. Valencia Piñeros fue valorado por el médico de turno quien lo encontró en aparente mejor condición clínica y con resultados de laboratorio definió manejo ambulatorio con control de hemograma el día siguiente, al considerar cuadro de dengue sin signos de alarma.

El 8 de enero regresó el joven tal como se lo habían indicado, siendo hospitalizado debido a su mal estado y se vio la necesidad de ordenar su traslado al hospital del municipio, pero al parecer, el centro médico no contaba con los medios para ello y por ende el joven lo hizo por cuenta propia.

El enfermo fue atendido a las 2:00 de la mañana del 9 de enero, cinco horas después de su ingreso.

En la valoración médica lo encontraron deshidratado, con signos de sangrado en piel, por lo tanto, fue canalizado dando inicio a manejo de líquidos, y se ordenaron laboratorios. En ese período inició un choque hipovolémico. En la mañana se manifestó la necesidad de pasarlo a la Unidad de Cuidados Intensivos UCI por parte de la doctora Andry Julieth Osorio. En UCI le informaron que no había camas ni personal auxiliar, por lo tanto, no lo podían aceptar, lo que incrementó los riesgos para Valencia Piñeros.

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Posteriormente la enfermera jefa, Jalime Góngora Varón, le suministró seis unidades de plaquetas, y al aplicársele la última unidad al paciente, el doctor Hamilton Calderón evidenció que presentó una reacción adversa con dificultad respiratoria. El joven fue intubado y trasladado en ambulancia a otra sede del centro médico, muriendo horas después.

La Fiscalía halló que la causa directa de la muerte fue un edema pulmonar a una reacción transfusional, asociada a dengue grave, circunstancias estas que se sumaron para producir el resultado. Hubo demoras en la atención en la UCI, error médico en la valoración del riesgo clínico, que ocasionó demoras en la instauración de un tratamiento adecuado. Las atenciones en el hospital local evidenciaron demoras significativas en el inicio del tratamiento, reporte de laboratorios, seguimiento clínico, valoración especializada y traslado a la UCI.

Ninguno de los cuatro imputados aceptó los cargos imputados por la delegada fiscal de la Unidad de Vida que adelanta la investigación en su contra.