El malestar y la xenofobia que se ha despertado en algunos sectores de los habitantes de Bogotá habría hecho que, en un principio, se atribuyera el homicidio del niño Juan Esteban Alzate Ceballos, ocurrido en un bus de Transmilenio, a un hombre de nacionalidad venezolana.

Tan pronto como se conoció el hecho, ocurrido porque Juan Esteban le pisó una chancleta al criminal, los medios difundieron la noticia con la ahora muy de moda y profiláctica fórmula de calificar a los implicados en estos casos como “extranjeros”, buscando evitar la estigmatización de los venezolanos.

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Pese al eufemismo, los ciudadanos se quedaron con la idea de que quien había cometido el asesinato era un ciudadano venezolano. La Policía difundió una foto del presunto homicida y también ofreció una recompensa de 20 millones de pesos por información que permita dar con su paradero.

Pero la madre del niño asesinado, Mayerly Ceballos, aclaró este miércoles que el agresor de su hijo no es de nacionalidad venezolana, sino colombiana, y también contó que no es cierto que a su hijo lo hubieran ayudado personas diferentes a su pareja que lo acompañaba.

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Él [el asesino] no es venezolano. Él es un costeño, y es de Montería”, dijo la madre en Caracol Radio. “Él no es venezolano, él es costeño”, insistió la madre, y atribuyó la certeza su información en lo que le dijo un investigador del caso al novio de Juan Esteban.

Recordó en el mismo medio que el sábado la pareja de su hijo la llamó y le dijo: “¡Señora Estephany! ¡Señora Estephany!, veníamos en el Transmilenio y porque su hijo le pisó la chancla a un tipo, el tipo le pega dos puñaladas a su hijo. Ya vamos para el hospital con su hijo”.

“Estando en el hospital, me llaman a decirme, como a los diez minutos, que lo iban a entrar a cirugía. Lamentablemente, las puñaladas fueron muy profundas. Creo que cuando mi hijo llegó al hospital, llegó sin vida”, agregó, acongojada.

Negó en la frecuencia radial que le hubieran ofrecido alguna ayuda a su hijo. “A él nadie me le brindó una ayuda. Eso es una mentira. No hubo acompañamiento policial. Nada. Nadie fue capaz de hacer bulla, nadie fue capaz de decirle al conductor que cerrara el Transmilenio”. Un video muestra los angustiosos segundos que siguieron al fatal ataque.

“El único que ayudó a mi hijo fue su pareja, su novio, porque cuando a él le pegan la primera puñalada, el novio lo que hace es quitarle la chaqueta y preguntarle que si estaba bien. Esteban se desgonza. El novio de mi hijo lo saca en rastras hasta afuera de la estación de Transmilenio buscando un taxi, una forma de cómo dirigirse con él al hospital y nadie me le paraba”, lamentó al final de su declaración.